Era la noche del 29
de Abril de 1958, cuando un grupo de intrépidos hombres jóvenes, yendo contra
todas las probabilidades y opiniones de ese tiempo, cargó sobre sus hombros la
tarea de investigar y estudiar los llamados “platos voladores” y dio forma a lo
que durante 50 años fue una de las instituciones pioneras en América Latina, y
una que duró más que muchas otras, el CIOVI, Centro de Investigación de Objetos
Voladores Inidentificados.
A lo largo del
tiempo, el Centro hizo que la sociedad uruguaya cambiara el ridículo nombre de “platos
voladores” por el más técnico de OVNIs.
El Centro comenzó su
trabajo desde cero y realmente creó la Ovnilogía en Uruguay. La Ficha de
Observación, los detalles técnicos de la investigación de campo, el contacto
con la Fuerza Aérea Uruguaya, con científicos y técnicos de diferentes
disciplinas, el apoyo de laboratorios, y la relación por correo y personalmente
con los investigadores más relevantes de esos tiempos hicieron del CIOVI la más
exitosa y extraordinaria experiencia que un grupo como este puede tener.
Tres generaciones de
personas participaron de la labor del Centro a lo largo de 50 años. Lo que
queda es un enorme conocimiento del tema OVNI y todas las cosas alrededor del
mismo, y una maravillosa amistad entre quienes pertenecieron al Centro.
Aún hoy, 4 años
después de haber clausurado sus actividades, algunas personas en Uruguay
todavía envían cartas o fotografías para ser analizadas por el CIOVI.
Quizás el CIOVI pudiera ser como el Ave Fénix, y resurgir de
sus cenizas…
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