Formación de "OVNIs" vista desde una de las ventanas del Aeropuerto de Atlanta (GA) el 6 de Noviembre de 2012, a la hora local 1:27.20 PM
Bajo este título, publiqué un mensaje en FaceBook a los “ufólogos”, o más bien a aquellos de penúltima y última
generación que se consideran tales.
Dicha publicación, dio lugar a un sustancioso y
valioso intercambio de opiniones entre estudiosos del tema, y periodistas
(Horacio Mayer, uruguayo radicado en Miami, con vastísima trayectoria en
periodismo radial, escrito y televisado, y César Buenrostro, periodista de la
ciudad de México, libretista, productor y presentador de programas de televisión).
Pocas veces se ha dado –si acaso alguna—un diálogo
semejante, y lo que sigue es la reproducción del mismo, donde se manejan
conceptos muy importantes.
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POR FAVOR SEÑORES "UFÓLOGOS"
Milton Hourcade Antes de reproducir artículos de sitios web, indiscriminadamente,
busquen otras fuentes, cerciórense de la seriedad de la información, crucen
fuentes y datos, verifiquen. NO hay derecho a difundir por FB y otros medios
sociales cualquier cosa, porque NO hay derecho a difundir fantasías y mentiras,
ni a confundir al público que espera estar bien informado. Responsabilidad,
¡por favor!! Pensar dos veces, antes de publicar y hacerse eco novelero de
cualquier seudo información.
Horacio Mayer Te reitero Milton Hourcade, la cosa empieza desde mas arriba. Lo que estan
haciendo los canales Discovery e History, la verdad que no lo entiendo. Siguen
insistiendo en casos de Ovnis ya probados y reprobados como falsos; manejan el
tema del 'mas alla' con total irresponsabilidad, dando por cierto la existencia
de fantasmas, dandole una apariencia de investigacion cientifica. Me tienen
aburrido con las profecias y las visiones apocalipticas del fin del mundo, en
una programacion en la que si divulgan informacion cientifica seria. Todo
entreverado, como en "Cambalache". Si eso lo hacen los grandes
canales, que tendrian que ser una guia seria en esos temas, que podes esperar
de ambitos de libre acceso como las redes sociales. Solo queda confiar en el
criterio del lector o el televidente.
César Buenrostro Vamos por partes, como les
digo a los chicos que me preguntan sobre la existencia de fantasmas y
extraterestres: " si en realidad existieran esas cosas, ¿ en donde se
estudiarían? ¿en un programa amarillista o en una universidad?. La respuesta es
obvia. Ahora respecto a las televisoras, si entendemos que estas son negocios
que atienden a una oferta de temas de esta naturaleza donde el publico desea
ver la especulación lo fantasioso, lo mágico, ¿que podrán hacer al respecto? ¿
cambiar su programación? arriesgándose a perder sus anunciantes porque nadie
vería un programa donde no se especule la magia. No quiero decir con esto que
defiendo este sistema, lo que estoy diciendo que hay dos problemas, primera un
publico que no esta educado para ver realmente programación científica y la
otra que es la repercusión de la primera donde la televisara esta al servicio
de la demanda.
Milton Hourcade Creo que César ha apuntado al meollo del
problema que estamos enfrentando: "un público que no está educado",
no sólo "para ver realmente programación científica". es de exprofeso
que se ha ido bajando el nivel general de educación en el mundo. Estamos en
crisis muy grave en ese aspecto. Las masas no piensan, a las masas se les
conduce y se les lleva como ovejitas. A las masas se les manipula e inducen
ideas para manejarlas y dominarlas. Ciertos organismos de inteligencia han
hecho muy buenos estudios y experiencias al respecto y saben cómo manejar eso..
Acuérdense de la masacre del Templo del Pueblo, el experimento de Jim Jones.
Acuérdense de Marshall Applewhitre y su secta "Puerta del Cielo", y
la historia del OVNI tras el cometa Hale-Bopp, o la más reciente historia del
cometa Elenin y el OVNI que está oculto tras él... Y cuidado!! porque en las
dos primeras experiencias hubo cantidad de muertos. Hasta ese punto llega la fe
de los "iniciados" o "elegidos"!! No ha de sorprender
entonces que History Channel, Discovery Channel, y National Geographic Channel
se dediquen a difundir temas religioso-esotéricos revestidos apenas de una capa
de algo que semeja ser ciencia pero es pura fantasía, ficción, y en el fondo
mentira!! El público ignorante, falto de las herramientas básicas que hacen que
funcione el sentido común, es capaz de absorber y hacer suyas muchas de las
cosas que se presentan en esos canales, a los que se les atribuye una seriedad
que no tienen. Una cosa es divertirse con algo como entretenimiento. Pero este
entretenimiento que se le está inoculando al público, a las grandes masas, es realmente
una enorme cortina de humo, y un humo venenoso. Quienes están detrás de todo
este vasto operativo de manipulación de las ideas y creencias, están preparando
el terreno para cuando aparezcan algunas "señales el cielo"
producidas por ellos mismos, y todos estos que hoy creen, ¡¡queden
estupefactos!!
Horacio Mayer Trabajé toda mi vida en medios de
comunicacion y sé muy bien de lo que hablas y te comprendo César. Te aclaro que
lo que me preocupa es que son canales supuestamente científicos y de hecho
pasan mucho material serio, interesante y entretenido, pero cuando arrancan con
especulaciones fantasiosas parece que todo está probado. No estoy en desacuerdo
con que se divulguen aspectos fantasiosos y especulativos. Yo mismo lo hice,
pues el publico en parte, esta ávido de esos productos, pero siempre he tenido
el respeto de aclarar que hay dudas sobre el tema. Hay una serie, creo que en
Discovery, que da por sentado que los fantasmas y espíritus maliciosos, se
pasean tranquilamente por las casas a la vista de sus habitantes. De pronto es
así, pero, por lo menos da el beneficio de la duda.
Leopoldo Zambrano Enríquez En alguna parte de la historia, el sentido
periodístico y el interés ufológico se combinaron creando un híbrido que lo
convertía en juez y parte de los eventos OVNI.
En el pasado, ambas profesiones estaban bien definidas, mientras unos se
dedicaban a informar, los otros se dedicaban a investigar para desentrañar el
misterio. Y los primeros recurrían a los segundos para escribir notas
informadas de un evento OVNI. Sin embargo, como todos sabemos, el periodismo
tiende a reformular la realidad para contar una historia interesante.
Sin embargo, los híbridos, a quienes llamo, “ufólogos de segunda generación”,
se dedicaban a "informar" cada acontecimiento que sucedía sin
detenerse a pensar que con su "labor" contaminaban el campo aún
virgen entre la población, dando hasta el más mínimo detalle de una abducción,
por ejemplo, provocando entre la población la lógica consecuencia de creer que
habían sido partícipes de algo así, confundiendo patologías del sueño con lo
que la presa ufológica explicaba como raptos alienígenas.
Es cuando surgen los supuestos "Programas de investigación OVNI", que
pretendían dar a la opinión pública lo que los medios "oficiales"
parecían ocultar, creando una conciencia del secretismo y ocultamiento para
mantener el Status Quo, dando origen a la conspiración. Estas incipientes
historias que empezaron a ver la luz a principios de los 80's, marcaron a una
tercera generación de ufólogos que, viendo lo que la segunda generación hacía y
con cámara en mano, se dedicaron a reportar cuanta historia les era contada sin
verificarla, convirtiendo a la ufología en un saco de ocurrencias y no de
investigaciones.
Estos ufólogos de tercera generación se transformaron en recopiladores
periodísticos, no en investigadores encaminados a resolver casos. Desvirtuaron
la ufología convirtiéndola, en el curso de una década, en una derivación de la
archivonomía (término aún no aceptado por la RAE), un catálogo de referencias o
receptáculo de cosas extrañas bajo la premisa de que todo es posible y nada
debe ocultarse, pero sin una pizca de investigación de fondo y anteponiendo
creencias propias al caso para dirigir la investigación hacia su propio punto
de vista, de tal forma que si una de sus ideas “cuaja”, se harán famosos, así
una nube de globos que pasaba por los cielos de alguna ciudad, era considerada
una "Flotilla", sin haber hecho verificaciones; o si aparecía una
vaca muerta, era un claro caso de mutilación de ganado, despreciando
explicaciones racionales o comunes para la muerte del animal, pero salpicando
sus historias con detalles intrigantes.
Gracias a la segunda generación de ufólogos, se creo una conciencia de que
"ellos" están aquí, de tal forma que la tercera generación daba por
sentada su existencia y ahora sólo se dedicaban a tratar de confirmar esta
preconcepción, además de elucubrar con los porqués y los para qué. Como alguna
vez dijo un compañero ufólogo en un programa de televisión a nivel nacional en
1993:
"Yo creo que el fenómeno OVNI… ya estamos en un nivel, en una etapa en que
no hay que preguntarnos si de dónde vienen o si existen o no existen, es...son tan reales como nosotros, tan palpables, el problema lo tenemos en nuestras
comunidades… la cuestión es qué vamos a hacer, es la pregunta, porque algunos
de ellos están trasgiversando leyes, están yendo más allá de la… de lo
permitido, por experimentos genéticos que realizan algunos tipos de estos
seres, que no es correcto, la invasión a las casas de personas durante la
noche, el rapto, las abducciones. Hay pruebas e investigaciones por parte de
muchos grupos. (sic)”
Con cada
generación que sucede a la anterior, se va diluyendo el conocimiento de la
anterior, de tal forma que para la tercera generación es suficiente con lo que
un testigo diga para escribir y publicar una historia OVNI, como si el
testimonio fuera la voz de la verdad o el testigo fuera inmune al equívoco o
fallas de percepción referentes al evento que relata.
Estos ufólogos
también creen que con sólo ir al campo, llevar su cámara y entrevistar testigos
es suficiente. No saben que eso sólo es el primer paso de una larga secuencia
de trabajo que aún queda por hacer. Así que desconocen cómo manejar la
información que han recabado, cómo contrastarla, cómo convertirla en datos
útiles o cómo sacar algún conocimiento de ella, sin embargo se ufanan de haber
estado en el lugar de los hechos; razón suficiente para publicar sus hallazgos
y aderezarlos con ideas personales, no así con un estudio objetivo basado en el
método científico.
Hoy, lo que se crea correcto, lo será si hay seguidores que lo respalden, por
lo tanto todo mundo debe saberlo, y si se difunde o se “comparte”, es que es
algo bueno, así que se multiplica por la red, es entonces cuando la ufología se
convierte en un concurso de popularidad donde un "like" vale más que
la certeza de haber encontrado la solución a un caso.
Todo mundo está ávido de notas sensacionales, fantásticas. Historias que lo
sorprendan y que llenen de laguna forma lo gris que a veces es el día a día, no
importa si el relato es real o no, incluso algunos llegan a enfadarse y son
bastante agresivos al responder a algún comentario que ponga en duda lo escrito
en el relato.
Y pues… ¿Qué se puede hacer con alguien que no es crítico con lo que lee? Nada.
Pero estas
reacciones son provocadas por el eterno círculo vicioso que se ha gestado en el
matrimonio de oferta y demanda entre medios y público. El público pide y los
medios le dan. Luego el público lo pule y le da más material al medio, que se
lo regresa con halo de verdad por provenir de un medio masivo de comunicación.
Aunado a esto también existen quienes se nutren de la fantasía pagando un
boleto. Tienen la extraña creencia de que si aparece en una película, debe
tener algo de verdad en el fondo, y es así como muchos mitos han saltado de la
pantalla grande a la vida real, llega un punto en que no se llega a saber quien
nutre a quién, pero a grandes rasgos funciona igual que los medios de
comunicación.
El afán por darle validez a la idea de la presencia alienígena en nuestro
planeta, ha hecho que grandes secretos de la investigación OVNI sean del
dominio público, de tal forma que para los investigadores resulta difícil saber
si lo que cuenta un testigo es real o un producto de su mente contaminada por
los medios.
Un viejo
ufólogo, fundador del primer grupo en Monterrey allá por 1968, me dijo una vez
que cada vez que entrevistaba a un testigo, le preguntaba por sus hábitos de
lectura, y revisaba sus libros, para de esa manera descartar cualquier
contaminación sobre el tema, sin embargo la contaminación ya venía desde aquél
24 de junio de 1947, cuando los medios sentaron el precedente de “platillos
voladores” que el cine capitalizó con un giro en las películas de ciencia
ficción, que de alguna manera el lanzamiento de las bombas atómicas contribuyó
a afianzar en la mente de la gente gracias al temor a la autodestrucción. “The
day the earth stood still” (1951) fue un claro ejemplo de esa idea, que vino a
contaminar la mente de quienes se decían contactados, dando en sus mensajes el
mismo que nos daba Klaatu en la pantalla.
En esta
línea Segunda Guerra Mundial – Bomba Atómica – Cine – Contactados, podemos ver
la conexión por la cuál el fenómeno OVNI es un tema tan fascinante como difícil
de aclarar, y no porque sea complicado dar una explicación, sino porque la
gente gusta de historias fantásticas así como pensar que hay algo más allá que
escapa al pensamiento humano. Así que en este punto se mezcla un poco con la
idea de permanencia, de eternidad, de poder, de una vida mejor, y a eso la
ciencia ficción y la religión han contribuido en mucho para darles lo que
quieren.
A todos nos gustaría saber que hay algo más tras la muerte, saber que al morir
no termina esta aventura llamada vida, sino que sólo se transforma en otra cosa
que no atinamos a descifrar qué, por esta razón los dos grandes motores del
cerebro humano, la religión y la imaginación, crean esos mundos de fantasía
para eternizar el concepto del Ser Humano.
De cierta forma, estas historias que se publican al vapor en los medios, son
alimento para el alma inquieta que aporta sus granos de arena a la gran playa
de la búsqueda de la eternidad. La máquina del tiempo para reparar errores de
historia, el teletransportador para evitar la contaminación ambiental, o la
criogenización para encontrar en el futuro la cura a una enfermedad terminal
hoy, o llegar a esa tierra prometida en los libros sagrados donde ya no habrá
más preocupaciones mortales. Todas son producto de ese deseo de eternidad, de
permanencia y querer ser como “ellos”, aunque eso sólo se base en lo que
nosotros creemos, no en una realidad palpable.
En un mundo con tantos problemas, esto resulta un escape muy placentero,
mientras que para los ufólogos nos resulta en un dolor de cabeza cada vez más
agudo.
El problema
con los canales de televisión no es la programación, sino que la gente no está
educada para poder discernir qué programas son verdaderas investigaciones y
cuáles son sólo meras especulaciones. Un ejemplo muy palpable son los programas
científicos donde se exponen las ideas de la Física Teórica. La gente parece
eliminar el concepto de "teórica" y toma como hechos consumados los
viajes en el tiempo, la teletransportación a nivel humano y demás, y entonces
viene un Alfred Lambremont Webre con sus ideas sobre Alternativa 4 y que se
transportan a Marte en una maquina secreta, y la gente se lo traga. Como dice César, la gente no está preparada para la
ciencia, pero tampoco los programas se preocupan por hacerla más comprensible,
además de recalcar que sólo son teorías. Por eso existe el concepto de
"Mala Ciencia", por aplicarla mal. Pero se aplica mal porque se
enseña mal. Y si a eso le agregamos la cada vez más preocupante falta del
hábito de la lectura, estamos en la lona.
Milton Hourcade Querido Polo: Lo has dicho casi todo, y
lo has dicho muy bien. Una especie de radiografía de la actualidad en el tema
OVNI, con todas sus implicaciones sociiológicas. Hay un aspecto más que se te
escapó y es muy importante: el papel de los charlatanes, y de los negociantes.
Porque desde el inicio, para muchos (lo señalan muy crudamente James Moseley y
Karl Pflock en su libro "Shockingly
Close to the Truth") la
cuestión simplemente fue: ¿cómo hacer negocio con los Ovnis?, ¿cómo vendemos
esta mercadería para hacer dinero? Y se instituyeron organizaciones que
hicieron eso. Y aún hoy en nuestra América Latina especialmente, hay individuos
y organizaciones y grupos que bien conocemos por nombre y apellido, que están
dedicados esencialmente a vender bien "espejitos" para un público
ávido de comprarlos.