En este caso, nos es grato reproducir íntegramente la carta que nos escribiera el Comodoro (R) Rubén Lianza, director de la CEFAe de la Fuerza Aérea Argentina.
Investigador incisivo y aplicado estudioso de los casos a su consideración, este mensaje de nuestro querido amigo Rubén, adquiere realmente gran relevancia, porque --ratificando el criterio una vez expuesto por el Dr. J. Allen Hynek-- dice Lianza: "los pilotos también pueden fallar en su interpretación".
Esto tira por abajo la idea de que los pilotos son los mejores observadores, o unos de los mejores.
Aquí el texto del Comod. Lianza:
Queridos
amigos:
Gracias a
Heriberto [se refiere al también investigador y estudioso Heriberto Janosch] por haberme puesto en el "loop" del análisis de este caso,
que, por suerte resulta mucho mas simple de lo que en un principio me hubiera
imaginado.
Especialmente
después de ver el video infrarrojo tomado por el avión C 26-A de la
FAM.
De hecho
está subido a youtube: https://www.youtube.com/watch?v=020Wgbw-PcU
Sólo me
bastó verlo una vez para darme cuenta que se trató de luces posadas en el suelo, a mucha distancia de la cámara.
Hay tres
elementos que confirman esta hipótesis:
1) La ubicación angular (a unos 30° por debajo del horizonte, según el indicador de actitud de la
misma cámara Infrarroja)
2 2)La
relación espacial entre ellos (mantienen sus distancias rígidamente constantes)
y
3) La
velocidad angular con respecto al avión y sobre todo con respecto a las nubes
que se interponen en el medio,
Todos estos
factores son suficientes para que un ojo experimentado en filmaciones diurnas y
nocturnas, se dé inmediatamente cuenta de qué es lo que inadvertidamente han
estado filmando aquellos muchachos.
Nota de
color al final del audio:
Justo al
final del video uno de ellos dice: "¿porqué nos vienen siguiendo?".
Comentario que me causa cierta ternura porque me recuerda muchísimo a una noche
que íbamos con mi familia viajando en auto por una ruta con árboles a los
costados y una hermosa luna en el horizonte. Por supuesto que los árboles
pasaban a una velocidad angular mucho mayor a la de la Luna, que parecía
quedarse "parada" cuando encontrábamos un descampado sin árboles,
pero tan pronto como aparecían árboles otra vez entre medio, mi hija menor me
hacía exactamente la misma pregunta que este joven piloto... "Papi..
¿porqué la Luna nos persigue?".
Creo que el
final del audio es, realmente una nota no solo de color sino que es una
verdadera prueba de ingenuidad y por eso estimo que no merece mas comentarios.
Sin embargo
he encontrado a este caso MUY VALIOSO, para probar el hecho concreto de que
los pilotos también pueden fallar en su interpretación (especialmente
aquellos que no han visto muchos objetos luminosos diferentes a la Luna en
vuelo nocturno, lo cual es esperable, porque luces raras no se ven muy
frecuentemente volando de noche). Y ejemplos de estos hay decenas, aunque
yo simplemente mostraría otros dos, como para completar algo así como una
tríada de ejemplos:
1) Caso
Campo de Mayo 1972 :
http://www.aeroespacio.com.ar/fenomenos-aeroespaciales/fenomeno-ovni-un-caso-enigmatico-esclarecido-por-la-faa-cefae/
y 2) el
famoso CASO BARILOCHE de 1995, que publicaré el año que viene y que no
solamente prueba lo mencionado mas arriba sino también una segunda teoría sobre
el "elevado nivel de confusión que producen dos o mas elementos
inusuales muy juntos en tiempo y/o espacio".
Noten que
los tres casos (si también sumamos al de Campeche) tienen el mismo denominador
común: "FUENTES DE LUZ EXTRAORDINARIAS QUE LOS PILOTOS NO ESPERABAN
VER" y que, con toda seguridad nunca habían visto antes.
Hasta
podríamos agregar un cuarto caso: el de la "bola de nieve" del 14 de
Junio de 1980, un venteo de combustible de una tercera etapa del cohete
portador de Cosmos 1188 que estaba a 2500 km de altitud y a mas de 3500 km de
distancia en línea recta de los testigos en el cono sur.
En esa
extraña circunstancia, experimentados pilotos de la línea aerocomercial
LAN (supuestamente "testigos calificados") declararon algo tan lejano
a la realidad como: "el OVNI hizo una pasada frente al avión a
50,000 pies de altura. El brillante objeto amarillo se movía más rápido que
nuestro avión y "en un momento se colocó a la misma altura del avión
y se acercó en un curso de colisión, finalmente ascendió abruptamente y
desapareció en cuestión de segundos". (La Razón, Buenos Aires, 20 de
junio de 1980).
Como muchos
de Uds. saben, yo mismo he tenido la suerte de presenciar ese venteo de
combustible el 14 de Junio de 1980 desde las Sierras de Córdoba y sé perfectamente
que el objeto no hizo absolutamente nada de lo que dijo el piloto de
LAN, excepto una sola cosa: que, efectivamente, iba mucho mas rápido que
su avión (porque la nube de combustible iba con velocidad orbital).
Ese mismo
avistamiento provocó que en el Aeropuerto Córdoba se cancelen las operaciones
aéreas hasta que el objeto desapareció de la vista:
"En el
aeropuerto Córdoba, el OVNI causó que las operaciones se detuvieran
durante varios minutos, ya que se observó siguiendo el patrón de aterrizaje
de las aeronaves hacia el aeropuerto". (La Crónica, Buenos Aires, 15 de
junio de 1980; Clarín, Buenos Aires, 16 de junio de 1980; La Razón, Buenos
Aires, 16 de junio de 1980).
Lo que
también sirve como prueba de que un Aeropuerto puede parar sus operaciones en
base al avistamiento de algo que no necesariamente es un platillo volador
(cualquier parecido con el caso Manises... es pura coincidencia).
Enseñanzas:
1) es
inexplicable que los muchachos de la FAM no hayan vuelto a salir la noche
siguiente con el mismo avión y el mismo equipo para hacer un vuelo apuntando en
la misma dirección y de esa forma corroborar que no se haya tratado de luces en
tierra.
2) es
igualmente inexplicable que la Fuerza Aérea Mexicana
confiara plenamente nada menos que en el "experto" Jaime Maussán, tal
vez con la secreta esperanza de que pudiera ofrecerles alguna ayuda.
Esto
me da la pauta de que algunos patrones de conducta ingenua en la relación
Instituciones con civiles extra-institucionales parecen repetirse en mas de un
país.
Creo que
después de estos cuatro casos que aquí vemos por primera vez agrupados, podrían
servir para que la gente revea seriamente el concepto de "pilotos
= testigos calificados".
Hasta aquí
mis humildes opiniones sobre el susto que se pegaron los jóvenes tripulantes
del C 26-A de la Fuerza Aérea Mexicana.
Muy cordiales saludos
Rubén Lianza
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De nuestra parte sólo nos cabe agregar que cuando un piloto cada tanto denuncia ver cosas extrañas en el cielo, termina por ser un testigo no confiable. Conocemos más de un piloto con esas características.