1 – La primera es el memorándum que el Tte. General Nathan F.Twining,
director del Comando de Material Aéreo (AMC) envió al Brigadier General George
Schulgen, Jefe de la División de Requisitos de Inteligencia Aérea, el 23 de
Septiembre de 1947.
El propósito final de
ese memorando era la recomendación para la creación de un “estudio detallado”
de los “discos volantes” (como se les llamaba entonces).
Luego de pasar
revista a las principales características de los “discos volantes” el Gen.
Twining escribe:
“Se debe dar la debida consideración a lo siguiente:
(1) La posibilidad de que esos
objetos sean de origen nacional – el producto de algún proyecto
de alta seguridad no conocido por AC/AS o este Comando.
(2) La falta de evidencia física
en la forma de piezas recogidas de algo caído lo
que probaría indiscutiblemente la existencia de esos objetos.
(3) La
posibilidad de que alguna nación
extranjera tenga una forma de propulsión posiblemente nuclear, que está fuera
de nuestro conocimiento nacional”
Mis comentarios:
A – No se descarta un
origen nacional.
B – Si el incidente
cerca de Roswell hubiese sido algo extraño, el segundo parágrafo no tendría
sentido.
C – La especulación
acerca del origen de los “discos volantes” se refiere a naciones. En 1947 no
había lugar para ”extraterrestres”.
2 – La segunda es
la conferencia de prensa dada por el General de División John A. Samford,
Director de Inteligencia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Téngase en cuenta que
esta conferencia de prensa tuvo lugar el 29 de Julio de 1952, luego que se
vieran luces sobre la capital de los Estados Unidos en dos oportunidades
durante ese mes.
También es necesario
comprender que el General de División Samford está hablando a la prensa en el
Pentágono, la sede del Departamento de Defensa, y lo está haciendo como una
autoridad militar, no dando sus puntos de vista personales.
Siendo este el marco
para sus declaraciones, dos cosas llaman la atención. Primero, cuando dijo : “Sabemos que denuncias de este tipo se
remontan a los tiempos bíblicos”.
Y un poco después,
nuevamente menciona esos tiempos: “Hay
más actividad humana en el aire ahora, que la que había ciertamente en tiempos
bíblicos o en 1846”.
Es notable que él
habla de “actividad humana en el aire”, no de actividad alienígena.
En el contexto de un
acto oficial, hallo verdaderamente destacable la mención dos veces a los
“tiempos bíblicos”. Particularmente
cuando casi al final de la conferencia de prensa, Samford dijo esta casi
enigmática frase:
“Pienso que la mayor probabilidad
es que estos sean fenómenos asociados con intereses intelectuales y científicos
sobre los que estamos en camino de conocer más,
pero que no hay nada en ellos que esté asociado con material o vehículos o
misiles que estén dirigidos contra Estados Unidos.”
Cuatro afirmaciones
se hacen aquí, todas ellas extremadamente importantes porque pienso que están
intrínsecamente relacionadas con el origen de los OVNIs.
--La mayor
probabilidad.
-Fenómenos asociados
con intereses intelectuales y científicos
-Están en camino de
conocer más; lo que implica que ya conocen algo.
-No están dirigidos
contra Estados Unidos.
La única posible
conclusión que se infiere de esas palabras es que el General de División Samford
y algunas otras personas en la USAF ya tenían una muy buena idea acerca de cuál
era la inteligencia (los intereses intelectuales y científicos) detrás de los
discos volantes.
Y por eso, y sólo por
eso, él –como autoridad militar—pudo proclamar frente a un gran número de
periodistas que “no hay nada en ellos que
esté asociado con material o vehículos o misiles que estén dirigidos contra
Estados Unidos.”
Puedo asegurar que
nadie en Estados Unidos , y mucho menos una autoridad militar, se arriesgaría a
hacer públicamente esa afirmación si no fuera verdad.
La afirmación de que
los OVNIs “no constituyen una amenaza para la seguridad nacional de los Estados
Unidos” ha sido repetida desde entonces muchas veces por diferentes autoridades
y agencias.
Esta última
declaración hecha por el General de División Samford obliga a plantearse la
pregunta acerca de quién podía tener en ese entonces esos “intereses
intelectuales y científicos”. ¿Estaban ellos acaso asociados con “denuncias que se remontan a los tiempos
bíblicos”?
Conclusión: En el espacio
de 5 años, aparentemente ciertos círculos en Estados Unidos estuvieron
suficientemente familiarizados acerca de quién podía estar detrás de los
“discos volantes”, y si hubo un pacto –como puede llegarse a suponer— los responsables de los
“discos volantes” recibieron ciertas garantías y protecciones, a cambio de
transferencia tecnológica y la libertad de continuar con ciertos experimentos.
Algunos de esos
experimentos pueden haber implicado el uso de animales y de seres humanos
también y –por supuesto—si eso sucedió, tuvo que estar vinculado con
inteligencia y con lo militar.
Los civiles mayormente estuvieron fuera de la ecuación.
Si esto es posible y
tiene una lógica intrínseca, entonces podemos pensar no acerca de un universo
paralelo (en términos de Física) sino en una realidad paralela, en términos
físicos.
La idea de que los
“discos volantes” podían ser o –como algunas personas aún creen—son de origen extraterrestre, fue
elaborada por cierto personal de inteligencia dentro de la Fuerza Aérea de
Estados Unidos, fue astutamente usada por la Armada estadounidense, y sirvió
como tapadera para aparatos y actividades aéreas experimentales, así como para
proyectos operacionales.
Pero la idea halla su
apoyo en la forma y características dinámicas totalmente diferentes de los
“discos volantes” que sin duda han sido muy revolucionarias, y que no podían ser reconocidas como algo que
siguiera los patrones tecnológicos ya usados y conocidos en el mundo occidental
y en otras partes del planeta.
Cada vez que un
piloto, o aún un científico, dijo algo como: “el objeto realizó maniobras
increíbles imposibles de hacer por un avión, y desarrolló repentinamente una
tremenda velocidad” han encontrado como la más fácil y más posible explicación
la que se concreta en esta frase: “eso no es de este mundo”.
Pero sí, es o puede
ciertamente ser de este mundo, pero no siguiendo los principios básicos de la
Física desarrollada en las naciones occidentales (EE.UU., el Reino Unido,
Francia, etc.) sino diferentes. Y esa circunstancia especial fue lo que
permitió a un pequeño grupo de individuos desarrollar nuevas formas de energía
aplicadas a artefactos aéreos, probablemente a control remoto.
Ese grupo de personas
estaba muy adelantado respecto de otros científicos y técnicos y quizás halló inspiración y aún más, en sus
“intereses científicos e intelectuales”, buscando ciertos artefactos de los
tiempos bíblicos.
Dejo al lector pensar
acerca de qué grupo de personas podría haber estado originalmente detrás de los
“discos volantes”.
Entre tanto
permítaseme decir que en el mismo comienzo del tema de los “discos volantes”,
las autoridades militares y el público en general pensaban en tres posibles
orígenes, todos ellos terrestres, por supuesto.
La idea
extraterrestre comenzó y fue deliberadamente promovida comenzando en 1950.
Milton W. Hourcade
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