Más allá de la popularidad y el folklore de lo E.T., la ignorancia de la vasta mayoría de la población planetaria, la subjetividad y el entusiasmo de algunas personas y la fácilmente influenciable mente de algunas otras, los F.A.I. merecen una muy seria consideración.
Y esta seria consideración va mano a mano con un enfoque científico del tema, y aún más, con una mente consciente que está al tanto o trata honestamente de conocer cuanto sea posible, sobre ciertos instrumentos experimentales y ciertas actividades operacionales desarrolladas mayormente por fuentes militares.
Cuando consideramos a los F.A.I. desde esta perspectiva, estamos obligados a darnos cuenta, basados en situaciones ocurridas en diferentes partes del mundo, que:
1) Ha habido actividades hechas durante un período de tiempo en algunos remotos lugares de la Tierra, sin el conocimiento o consentimiento de los países involucrados, y afectando poblaciones en una forma directa, inutilizando todos los electrodomésticos e instrumentos usados por las personas (Caronia, Italia) o alterando las vidas de toda una aldea y planteando una verdadera amenaza a la vida de personas, al punto de causar muertes (Colares, Brasil). Por lo tanto, esas actividades realizadas por fuentes desconocidas son hechas en clara violación a la soberanía de los países afectados.
2) En ambos casos, inicialmente las autoridades del país afectado por tales circunstancias tan extrañas, trataron de iniciar una investigación, y en ambos casos, la investigación fue repentinamente detenida por órdenes de una autoridad superior.
Lo que esto significa es que cuando quienes estaban implicados en los experimentos y/u operaciones secretas llegaron a saber que las autoridades del país comenzarían o comenzaron a emprender acción para investigar qué estaba pasando, alguien se acerca al gobierno y solicita detener esas investigaciones. Y el país en el cual los peligrosos experimentos se están haciendo, finaliza aceptando la situación ya sea por razones políticas, relaciones y compromisos internacionales, o un pacto secreto hecho entonces. No parece haber ninguna otra plausible explicación.
3) En ciertos países, es posible que por diferentes razones, algunas personas y la prensa confluyen para artificialmente dar vida a una situación ficticia en la cual la mención a OVNIs y E.T.s, ayuda a encubrir actividades criminales, particularmente la de avionetas directamente relacionadas con el narcotráfico, la trata de personas, y el tráfico de armas.
Todo esto tiene que tenerse en cuenta cuando en ciertos países surge la noción de que son privilegiados por tener una gran cantidad de observaciones de OVNIs, cuando lo que está ocurriendo en la realidad es algo muy diferente.
La explotación del tema OVNI para encubrir actividades de contrabando no es nada nuevo.
Por lo tanto, bajo ninguna circunstancia podemos tomar el tema de los F.A.I. livianamente.
Puede tener –y de hecho tiene-- enormes implicaciones para la soberanía de un país, y para la seguridad de sus ciudadanos.
Sólo un enfoque multidisciplinario del tema, con la directa intervención de científicos y técnicos y la pericia de experimentados y serios expertos, puede permitir conocer qué es exactamente lo que está ocurriendo. Y este esfuerzo debe hacerse privadamente, porque las autoridades de un país dado probablemente no están en la mejor posición para manejar oficialmente ciertas situaciones, en tanto que un grupo independiente puede hacer una tarea mucho mejor.
Milton W. Hourcade
Virginia, Julio 17 de 2011
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