Lo que voy a decir no es circunstancial. Ha sido un concepto profundamente arraigado entre las personas que durante 50 años hicieron realidad una de las pioneras y principales instituciones latinoamericanas dedicadas a la investigación y estudio de los objetos voladores no identificados: el CIOVI de Uruguay.
Este es un concepto que escribí en mi libro “Elementos de Ovnilogía” (Montevideo, ed. Mano a Mano, febrero de 1989, 102 págs.). Inicié el Prefacio del libro con estas palabras: “Un Ovnílogo es alguien que no vive de los OVNI, sino para los OVNI”.
Hemos separado escrupulosamente a quienes con seriedad, científicamente, con gran devoción y dedicación –y muchas veces con escasos recursos-- han consagrado sus vidas a la investigación y estudio de los fenómenos aéreos anómalos, y aquellos que inescrupulosamente, con un claro interés en hacer dinero y sin ningún respecto por la verdad o por otras personas, han sido miserables mercaderes del tema F.A.I.
Siempre hemos tomado en serio los resultados de la investigación, los criterios e ideas de quienes han sido verdaderos eruditos al considerar este tema. Ellos a veces pueden equivocarse, pero siempre serán honestos.
Los mercaderes nunca han merecido nuestra atención, excepto para denunciarles como tales. Ellos no manejan circunstancias y casos que merezcan una consideración seria. El material que ellos usan es notoriamente espúrio y en el mejor de los casos, está totalmente distorsionado como para concederles el beneficio de la duda.
Ellos han sido históricamente los más grandes enemigos de la consideración respetable del tema OVNI.
Es a ellos que el resto de nosotros les debemos un papel muy importante en instilar la idea de que OVNI es isgual a nave espacial extraterrestre.
Es debido a ellos que el tema ha sido algo despreciable entre los más respetables círculos científicos y tecnológicos.
En la experiencia del CIOVI --y seguramente en la experiencia de otros investigadores serios y responsables-- la única forma de obtener la atención y colaboración de científicos y técnicos para analizar ciertos casos, es trazar una muy clara línea divisoria entre mercaderes y eruditos.
Entre quienes usan el tema de los Fenómenos Aéreos Inusuales para hacer negocio, y quienes con honestidad y respetabilidad intelectual tratan de hallar la verdad cualquiera pueda ser ésta, pero absolutamente sin ningún interés económico detrás.
Exhorto a todos quienes son miembros de este Grupo a adherir a este concepto fundamental.
Es –después de todo— un principio moral.
Así como una muestra contaminada no tiene ningún valor para un analista en el laboratorio, no podemos usar información contaminada o permitir que se contamine el ambiente en el cual queremos realizar un enfoque serio de los F.A.I. De otra manera, estaríamos socavando nuestros esfuerzos y haciendo nulas nuestras conclusiones.
Milton W. Hourcade – Agosto 10 de 2008.
1 comment:
Buen pensamiento. Hace muchos años, junto a algunos conocidos, vimos algo que nos llamó la atención el el cielo. Hasta el día de hoy no se que fué realmente lo que vimos, pero no cabe duda de que fué algo fuera de lo común. En lo personal, no he contado a muchos mi experiencia, pues justamente, a causa de los "mercaderes" del tema, se hace a veces difícil el contar estas vivencias por temor a ser mirado raro. Espero pues que esto se enfoque desde un punto de vista totalmente cientifico y alejado de cualquier otro tipo de patraña o de simple explotacion comercial del tema.
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