Hemos llevado a la
atención de nuestros miembros de habla hispana, el contenido del artículo
científico escrito por el Antropólogo argentino Dr. Diego Escolar, acerca de
sus experiencias con Fenómenos Luminosos Anómalos en la región de Calingasta,
más específicamente en la Pampa del Leoncito, Provincia de San Juan.
Esencialmente el Dr.
Escolar señala las siguientes situaciones y sus comentarios:
1)Aparición de los
objetos, movimientos de aproximación y desaparición sucesivos hasta una
distancia de cien metros.
2) Aproximación y
seguimiento de un objeto, del tamaño aproximado de una pelota de fútbol en
nuestra ruta. Realización de movimientos muy veloces en el aire en el momento
de nuestra detención para observarlo.
3) Acercamiento
paulatino (y prolongada retirada) desde veinte o treinta kilómetros hasta
quince metros de distancia de un objeto de aproximadamente tres metros de
diámetro, con cambios cromáticos y de intensidad y contacto con su emisión
luminosa. Acercamiento próximo de un objeto similar, con seguimiento del
trazado de nuestro desplazamiento previo.
4) Aparición
sucesiva y desplazamiento de tres objetos luminosos sobre la Pampa del
Leoncito, con cambios cromáticos y de forma, aparente detección de nuestras
huellas, cambios de altura, velocidad, tipo de movimiento, repentino vuelo y
desaparición en el aire de uno de ellos.
5) Vuelo, aproximación y contacto de un
objeto con el grupo en reiteradas oportunidades.
6) Rápidos cambios de intensidad o “titilado” de tres objetos
luminosos ubicados en los bordes de la Pampa del Leoncito en posición estática
y repentina desaparición del campo perceptual.
El
segundo punto que pretendo exponer es que dichos objetos luminosos evidenciaron
aptitudes de reconocer o detectar nuestra presencia. Los acercamientos
sucesivos desde varios kilómetros de distancia, en distintos momentos, llegando
a una proximidad de 15 m en dos casos y al contacto directo en otro, dan prueba
de ello. El contacto también se produjo con la luz emitida por los objetos.
Pero por otro lado, y esto es quizá más importante, los objetos no sólo habrían
reconocido nuestra presencia directa sino indicios mediatos de la misma, como
las huellas dejadas por nuestro paso que en una oportunidad siguió uno de los
objetos un par de centenares de metros, incluyendo el reconocimiento probable
del sentido seguido por nuestro movimiento.
En
relación con lo anterior, el tercer aspecto a destacar es que las luces no
actuaron aleatoriamente sino en relación a nosotros o a nuestros movimientos. A
lo largo de esas cuatro horas los objetos produjeron cambios notables de color,
forma, tamaño, aparición o desaparición, aproximación y alejamiento, de acuerdo
a momentos de nuestro propio desplazamiento. Pudo observarse una dinámica de progresivo
acercamiento a lo largo de los eventos 1 a 3, y luego 6, con intervalos de
desaparición de nuestro campo perceptual. También detenciones más o menos
prolongadas en nuestra proximidad en algunos casos con secuencias de
aproximación desde probablemente 30 km. Hubo lo que aparentó ser una especie de
“juego”, intercambio de acciones o interacción entre los objetos y nosotros,
mediado por algún tipo de reconocimiento de presencia y actitudes. Las
interacciones implicaron en algunos casos la aparente coordinación entre los
objetos, tales como la aproximación desde sentidos opuestos al mismo tiempo, la
aproximación entre sí, detención simultánea y el titilado y su posterior desaparición
al unísono. Pero a este marco habría que agregarle otro componente: la
existencia de fenómenos de comunicación entre los objetos y con respecto a
nuestro grupo.
Como
hemos planteado, otra característica significativa del comportamiento de las
luces fue la capacidad de reconocer indicios de nuestra presencia, a través de
nuestras huellas, en plena noche y a gran distancia, en un terreno surcado por
huellas parecidas. Independientemente de las condiciones por las cuales los
objetos fueron capaces de tal detección, el hecho de que individualizaran
nuestras huellas, siguieran la dirección dejada por ellas y luego ubicaran
nuestra presencia sugiere la capacidad de sustituir un objeto por otro, es
decir nosotros mismos por nuestras huellas, asociando uno y otro objeto.
Asimismo,
el reconocimiento de que estos indicios, organizados en una sucesión,
representaban una secuencia de traslación de un punto a otro, implica
probablemente que no sólo manifestaron una aptitud para reconocer dimensiones
espaciales sino también temporales, como así también indicios de nuestra
actividad.”
Debido
a esta detallada descripción –verdaderamente muy impresionante— enviamos una
carta a nuestro Miembro en Italia, el Astrofísico Dr. Massimo Teodorani,
seguramente el científico con mayor experiencia y conocimiento sobre los
F.L.A., que ha estudiado en varias partes del mundo con el uso de instrumentos
para captar y registrar diferentes parámetros del fenómeno.
Específicamente en esa carta le preguntamos al
Dr.Teodorani si –de acuerdo a su experiencia— las luces podían mostrar cierto
tipo de “inteligencia”.
Su respuesta fue: “Sí, esa interacción existe en
varios lugares de recurrencia del fenómeno. Pero no hay una demostración
científica aún, sino que más bien procede de una colección de testigos,
incluyendo algunos que hablaron personalmente conmigo en mi área (Apeninos del
Norte de Italia). Tengo una teoría especulativa muy elaborada sobre esto, que
he tratado en mi último libro “The
Hyperspace of Consciousness” (El Hiperespacio de Conciencia –( * );
pero hasta ahora prefiero no oficializarla demasiado.”
Afortunadamente tenemos una copia de su libro, y el
tema de nuestra particular preocupación está tratado en el Capítulo 14, bajo el
título: IPH – the Intelligent Plasma Hypothesis (HPI la Hipótesis del Plasma
Inteligente).
De ese capítulo extraemos los siguientes pasajes,
cuyos subtítulos son de nuestra responsabilidad.
¿Qué son los Fenómenos Luminosos Anómalos?
“Minerales contenidos en ciertas áreas rocosas y
montañas, especialmente cerca de líneas de fallas son a veces capaces de producir
indirectamente ‘esferas luminosas de plasma’ de larga duración a baja altura.
Esto puede deberse a efectos piezoeléctricos cuando las rocas están bajo estrés
(especialmente de naturaleza sísmica) o debido a efectos similares a una
batería natural: ambos fenómenos geofísicos han sido también simulados en
laboratorio.
Las principales causas físicas que producen los
fenómenos luminosos anómalos están, actualmente, suficientemente bien
entendidas, pero aún no conocemos las razones físicas de por qué tales fenómenos
luminosos –a menudo caracterizados por varios colores pulsantes—duran tanto: p.
ej. ¿qué física gobierna el mecanismo de confinamiento del plasma? Otro
misterio: a veces las esferas de luz adquieren una forma geométrica. En varios
estudios llevados a cabo por algunos investigadores, incluyendo este autor, ha
sido posible construir una clara imagen empírica y observacional.” (página
197).
Interacción con el cerebro
“La posibilidad de que nuestra mente esté
ocasionalmente conectada con esferas de plasma puede ser probada o rechazada
científicamente. A fin de hacer esto deberíamos controlar simultáneamente
ambos, la esfera de plasma, usando instrumentos de medición, y el cerebro de
una persona usando EEG [electro-encefalograma – N. del T.]. Si entonces
apuntamos un rayo Láser a la esfera de plasma y vemos simultáneamente una
reacción de la esfera misma (tal como un repentino cambio en la intensidad de
su luz, color y ritmo de pulsación) y en nuestro cerebro (como un repentino
cambio en la proporción de amplitud entre las ondas Alfa, Beta, Delta y Theta),
entonces seguramente tenemos la prueba de que ambos objetos (supuestamente
cuánticos), están relacionados. Si la reiteración de tal experimento se puede verificar,
estaremos viendo una realidad científica probada, cuyas manifestaciones puedan
ser luego investigadas en mayores detalles.”
“Otro punto de gran interés, que ha sido experimentado
a menudo, es un fenómeno de sincronicidad entre un observador y la aparición de
formas anómalas de luz en el cielo. Esto ocurrió a científicos también. Por
ejemplo al grupo dirigido por el físico Harley Rutledge en 1973-1980 cuando él
estaba monitoreando científicamente un fenómeno luminoso recurrente que sucedía en Piedmont, Missouri, EE.UU.
Rutledge mismo experimentó acontecimientos sincrónicos muchas veces, y si debo
ser honesto y sincero, esto también me sucedió a mi hace 15 años. Ocurrió que
de repente volvimos nuestra mirada a un punto específico en el cielo y allí
vimos una luz (generalmente parecida a una estrella)…..La pregunta aquí es:
¿quién o qué es lo que desata esto y por qué? ¿O la luz es creada por una forma
arquetípica de nuestra propia conciencia debido a razones que no conocemos aún
pero donde, una vez más, una coalescencia entre mente y materia ocurre
repentinamente como un efecto de micro-creación?” (páginas 207 a 209).
“El nivel de ‘inteligencia’ debe fuertemente depender
de la duración de tales fenómenos luminosos, durante la cual las esferas de luz
se pueden replicar o multiplicar y replicar, siguiendo la misma modalidad que
la encontrada por Tsytovich y colaboradores en el curso de sus simulaciones de
plasma en su computadora. El nivel de inteligencia puede depender también de
cuánta energía está disponible para el fenómeno. El tiempo y la energía son dos
parámetros que probablemente permiten evolucionar al plasmoide.” (página 216).
( * ) Whitehouse
Imprint, Suecia, 2015, 256 páginas
Para estudiar
adecuadamente los F.L.A. necesitan ser captados, medidos y registrados con
instrumentos. El Dr. Teodorani tiene un artículo científico que tituló “Física desde los datos OVNI” que da
detalles precisos de los instrumentos a utilizarse. Ver: http://www.angelfire.com/va/CIOVI/Physics-UFO.htm
Considerando la
relación entre los F.L.A. y los testigos, podemos pensar en varias
posibilidades: 1) las esferas de plasma eléctricamente cargadas ejercen
influencia directa en la estructura neuronal del cerebro, lo que puede provocar
alucinaciones; 2) las esferas de plasma están controladas (inconscientemente) a
distancia por el cerebro del observador, y por lo tanto la “inteligencia” que
exhiben es la del observador; 3) las esferas de plasma tienen por sí mismas
cierto tipo de inteligencia demostrada en sus movimientos, cambios de color,
etc. que interactúa con el medio ambiente, incluyendo los eventuales
observadores.
Les alentamos a que
piensen en otras posibilidades y compartan sus pensamientos con todos nosotros.
M.W.H.
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