"¡Qué maravilloso que nos hemos encontrado con una paradoja! Ahora tenemos cierta esperanza de progresar. - Niels Bohr
Cuando algunos conciben arcaicamente a la ciencia como algo fijo, cuadrado, inamovible (tal vez la física clásica Newtoniana) no vienen a cuento que la esencia misma de la ciencia, es el cambio, la transformación, las ideas desafiantes, las hipótesis descartadas, y la apertura permanente a lo nuevo.
La ciencia es siempre una interrogante abierta, no respuestas eternamente congeladas.
Por eso, en el ejercicio de un pensamiento científico libre, orientado a descubrir nuevas posibilidades manejando conceptos diferentes, consideramos digno de atención el brillante aporte que el miembro del UAPSG-GEFAI y amigo, el Dr. Massimo Teodorani, Astrofísico, ha elaborado.
Teodorani penetra en los vericuetos mismos de la mecánica cuántica y apunta finalmente a su aplicación en la Búsqueda de Inteligencia Extra Terrestre (S.E.T.I.).
He aquí el desarrollo de su pensamiento sobre este tema:
"Presento un modo
alternativo de tratar la ecuación fundamental de la mecánica cuántica, o sea,
la interpretación matemática del físico David Bohm. Bohm transforma la interpretación clásica de
la mecánica cuántica (Heisenberg, Schroedinger, Von Neumann, y otros) que es de
tipo probabilista, en una interpretación determinista dividiendo la ecuación
fundamental de la mecánica cuántica (ecuación de Schroedinger) en dos partes. En
la segunda parte están presentes dos términos: uno, definido como “Local” que
describe a los electrones como partículas de materia sujetas a las leyes
clásicas (entre ellas las del electromagnetismo einsteniano donde la luz tiene
una velocidad límite y donde por lo tanto los factores Tiempo y Espacio tienen
un significado bien preciso), y uno definido como “No-Local”, que describe al
electrón no como una partícula sino como un “sistema informativo” en capacidad
de recibir (y eventualmente de transmitir) información de manera instantánea (y
esto está en la base del así llamado “entrelazamiento cuántico”), al que
pertenece el término “Q”, denominado “Potencial Cuántico” (y por otros como
“Potencial Vector”, “Onda Piloto”, o bien “Campo de Forma”).
En otras palabras, es
como si el factor no-local “Q” fuese un poco como la “conciencia” del electrón
(tanto por nombrar una partícula). De esa manera el electrón se mueve en el
espacio y en el tiempo pero recibe información de manera instantánea de aquello
que Bohm llama “Potencial Cuántico”, una especie de “matriz” que se encuentra
en un lugar que Bohm llama “Pre-Espacio” (o, más precisamente, “orden
implicado”), donde el espacio y el tiempo no cuentan. Y que no cuenten es como si todas las partículas
estuviesen en realidad unidas entre sí por una “conciencia” común (pero no en
sentido trascendente o religioso) que les informa todo lo que deben hacer, como
si fuesen un proyecto único. De aquí el sentido de Unicidad. Es como decir que
“a nivel de la materia estamos separados y fragmentados, pero a nivel de la
conciencia estamos unidos”.
Encuentro, (y no sólo
yo sino otros Físicos) que esta unión pueda ser una representación de aquello
que arcaicamente se ha llamado “Amor”, o bien lazo indisoluble, que pertenece a
algo inconmensurablemente grande, que algunos llaman “Dios” (no yo que no
creo), y otros simplemente “Conciencia” (en la que creo).
Ahora bien, Bohm inventó Metáforas para procurar explicar
intuitivamente ciertos conceptos, diciendo que la materia en el sentido más
lato del término está sujeta a leyes indiscutibles (física clásica y teoría de
la relatividad) que se fundamentan en la existencia del espacio y del tiempo,
pero que están sujetas a un “factor de guía” (la no-localidad cuántica) un poco
como una nave que se mueve porque tiene un motor (leyes de física clásicas)
pero que sin un radar no sabe dónde andar.
En pocas palabras, la
materia del Universo no sería ciega sino pre-ordenada con extrema precisión:
los creyentes encuentran un proyecto teleológico o con un sentido final, los no
creyentes quedan estupefactos o aún piensa que por lo menos este Universo podría
ser el resultado de la ingeniería de otras inteligencias particularmente
evolucionadas, mientras que a su vez los tradicionalistas continúan pensando
que todo ocurre aleatoriamente.
Valga todo esto para
dejar en claro que LA FÍSICA, comenzando por los estudios de Wolfgang Pauli y
David Bohm está penetrando inexorablemente (y matemáticamente) aún en el reino
llamado “trascendente”, comenzando a hacer entender que no sólo parece que
materia y “espíritu” estén indisolublemente unidos sino que aún existe una
“Física Superior” (y no una religión) que lo describe. Pero aún hay mucho
trabajo por hacer.
Mientras tanto,
tenemos la confirmación de que el mecanismo del Entrelazamiento Cuántico (o sea
el lazo no-local entre partículas oportunamente tratadas) es real y no
meramente un experimento mental o matemático: lo demuestran los experimentos
sobre el teletransporte cuántico donde se utiliza el mecanismo del
entrelazamiento cuántico para transportar información (y no materia) en manera
instantánea.
Sobre la base de
estos conceptos está naciendo un modo alternativo de llevar a cabo SETI (la
Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre), que se sostiene de manera
complementaria al modo clásico (Newtoniano). Lo estoy trabajando a nivel de
proyecto, y hablaré pronto."
Traducido directamente del italiano por Milton Hourcade y reproducido con expresa autorización del Dr. Teodorani.
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