Se supone que la Marina de Guerra de
EE.UU. hace informes regulares de por lo menos algunos de sus hallazgos. Pero
la revelación podría
robar a los creyentes su mejor evidencia: la carencia de buena evidencia.
Agosto 2 de 2020
Por Seth Shostak,
astrónomo principal del Instituto SETI
¿Es una vindicación al fin? El
New York Times informó recientemente que un proyecto del Pentágono para
investigar extraños fenómenos aéreos, supuestamente cancelado, aún está
teniendo pulso. El esfuerzo clandestino, originalmente conocido como Programa
Avanzado de Identificación de Amenaza Aeroespacial [AATIP en su sigla en inglés
– Nota del traductor], se dijo que había finalizado en 2012. Pero aparentemente
todavía está haciendo lo suyo bajo los auspicios de la Oficina de Inteligencia
Naval de EE.UU., y con un nuevo nombre: Grupo de Trabajo en Fenómeno Aéreo No
Identificado.
De modo que donde hay humo, hay
fuego ¿verdad? Si los federales aún están desviando dólares de los impuestos
para inquirir en cosas extrañas que están sucediendo en el cielo, debe ser
porque han obtenido convincente evidencia de visitantes extraterrestres. Esa es
la esperanza de los más o menos 100 millones de estadounidenses que parecen
estar deseosos de jurar sobre la Biblia que los objetos voladores no
identificados son, por lo menos en algunos casos, objetos alienígenas.
Pero como todo lo relacionado con
los OVNIs, es bueno dar una segunda, o tercera mirada antes de apresurarse a
extender la alfombra roja a los huéspedes alienígenas que tenemos en casa. Cuando, en 2017, el New York Times por
primera vez informó sobre un proyecto secreto de estudio de fenómenos aéreos no
identificados, fue en conexión con algunos videos desconcertantes tomados por
pilotos de la Marina sobre el Pacífico. Los videos mostraban objetos no
identificados frente a los aviones a reacción, objetos que parecían maniobrar
de manera estrambótica. Los militares siempre han querido saber sobre cualquier
cosa que pueda volar, de modo que hay abundantes razones de seguridad nacional
por las cuales continuar con tal investigación.
Esa es la más directa información de por qué la
Marina ha extendido el programa del Pentágono. Es asimismo lo que ellos han
dicho.
Pero ¿no es posible que lo que
realmente está ocurriendo aquí no es una investigación de aparatos aéreos
desconocidos o drones, sino una distracción para mantenernos a resguardo de una
verdad más perturbadora ---que los OVNIs
no son máquinas volantes enemigas, sino máquinas volantes alienígenas? Quizás
el gobierno no quiere admitir esto, porque imagina que la noticia puede lanzar
a la sociedad en un caos.
Hay que pensar que no está
claro por qué extraterrestres viajarían muchos
trillones de millas a través de los peligrosos huecos del espacio
simplemente para hacer piruetas sobre nuestras cabezas y ocasionalmente jugar
al gato y el ratón con la Marina. Pero –divulgación completa-- nosotros realmente no sabemos qué es lo que los
alienígenas encuentran interesante de hacer. Quizás tienen sus razones.
Este es un caso donde ver es
creer, pero nadie nos ha dejado ver nada. Lo cual es conveniente, si bien no es
del todo convincente.
Agregado al persistente
interés en objetos extraños en el cielo, parece que hay también extraños
objetos en el suelo. El New York Times habla de la “recolección de materiales”
que “no están hechos en esta Tierra”, posiblemente incluyendo una nave espacial
completa. Esta declaración parece ser a la vez sorprendente y sospechosa. Los
pilotos no reportaron recoger piezas de tecnología alienígena o aleaciones
metálicas (por lo menos no públicamente), de modo que no está claro dónde se
encontraron esos “materiales”.
El Senador Marco Rubio,
Republicano de Florida, dice que él está especialmente preocupado por el hecho
de que extraterrestres (si eso es lo que son) pasan mucho tiempo sobrevolando
nuestras bases militares.
Si se es un fanático de la
ciencia-ficción, se está muy al tanto con la idea de que alienígenas hostiles
necesitan prestar atención a nuestro armamento. Quizás es lo que les atrajo a
la Tierra en primera instancia. Ellos han venido como salvadores desde lo alto,
dispuestos a apartarnos de nuestras
propias armas de destrucción masiva. Eso sería, por lo menos, una explicación
de su aparente interés en nuestras capacidades de combate.
Pero, a decir verdad, es una explicación totalmente irracional. Si los alienígenas pueden en realidad llegar aquí –cualquiera
sea su motivación—entonces tienen una tecnología que está enormemente más allá
de la nuestra. Comparar su armamento con
el nuestro sería como comparar a la Fuerza Aérea de Estados Unidos con un grupo
de ataque de Australopithecus. Dicho
de otro modo, ¿se puede pensar honestamente que Jean-Luc Picard, el
Capitán de “Star Trek” perdería alguna
vez el tiempo verificando las pilas de hondas o picas en algún planeta
primitivo cuando él tiene phasers de respaldo en el USS Enterprise?.
Si los OVNIs están interesados en nuestras Fuerzas Armadas, ese es
realmente un argumento en contra de
la existencia de visitantes de otros sistemas. En cambio, sugiere aviones
rusos, drones chinos o cualquier otra cosa terrestre –equipo que podríamos
entender.
Los seres humanos siempre han tenido la tentación de atribuir fenómenos
extraños al trabajo de seres superhumanos, así como los griegos argumentaron
que los rayos eran jabalinas lanzadas por Zeus. Pero la ciencia demanda que
cualquier hipótesis sea apoyada por observaciones detalladas, respetables e
imparciales. Esas están faltando aquí.
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Extraído del boletín informativo THINK.
Traducción especial de Milton W. Hourcade para
el GEFAI, previo permiso del autor.
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