04 August 2015

A MANERA DE EDITORIAL

Muchos que hoy se autotitulan de "ufólogos" no habían nacido cuando quien escribe, junto con grandes compañeros, llevaba a cabo investigación de campo, estudio y evaluación de las denuncias de OVNI en Uruguay, que conocieron algunos momentos muy movidos por cierto.

Eso nos dio al CIOVI una experiencia y pericia que se fue acumulando a lo largo de los años. Nos formó criterios para analizar los casos, para evaluar a los testigos, para no dejar puntada sin hilo, no dejar cabos sueltos, y sobre todo, no querer jamás forzar algo sucedido para que fuese extraño, o alienígena como a algunos les gustaría.

Cuando comenzamos nuestra tarea, toda sumida en la óptica estadounidense y especialmente de Donald Keyhoe, pensábamos que estábamos tratando verdaderamente con la presencia de una otra inteligencia que no era la humana.

Las décadas de investigación nos demostraron que tras el fenómeno psico-socio-cultural, se escondía una realidad muy diferente. La verdad distaba mucho de lo que informaban los medios de prensa. El sensacionalismo vendia, y los chantas explotaban el tema comercialmente, para dar impulso a mito ET, creado oportuna y convenientemente por los militares estadounidenses, seguidos luego por los británicos, franceses, rusos y chinos. Nadie escapa al uso de la idea de los ET como tapadera para actividades misilísticas y espaciales.

Pero caso tras caso, encarados con honestidad intelectual,
nos mostraron otra cosa. Entonces nos quedó muy claro que hay fenómenos (naturales y de tecnología humana secreta) que pueden genuinamente dar lugar a denuncias de OVNI. 

Por eso hay que continuar la tarea de investigación, estudio y evaluación. Pero...no es esta tarea la de reflotar frecuentemente casos de 20, 30 o 40 años atrás, para querer seguir en base a ellos sosteniendo el tema con el sesgo de la presencia ET. 

Lo que corresponde es una actitud abierta a averiguar e investigar, minuciosa en estudiar y clara y firme al evaluar y concluir. Y ello exige la aplicación del método científico, sin duda alguna. Demanda también la comunicación abierta entre investigadores y estudiosos. Para eso se creó el UAPSG-GEFAI y este blog se hace eco de los aportes que se envían.

Sólo en un diálogo fecundo, podemos trazar espacios de encuentro entre los investigadores y estudiosos, y con mutuo respeto considerar inclusive nuestras diferencias. 

Se requiere por cierto, honestidad intelectual, y sobre todo, aferrarse a la verdad, y cuidar no confundir al público en general. No tener intereses creados y no confesados respecto al uso del tema, e informar con meridiana claridad.

Considero que así, y sólo así se puede hacer Ufología. De lo contrario, sólo contribuimos al mito, a la confusión, a impulsar la credulidad del publico en una fantasía que no tiene asidero alguno, y en no descubrir la verdad detrás de algo que en principio resultó extraño para los eventuales testigos. 

No olvidemos nunca que "las cosas son lo que son, y no su interpretación" y que los testigos, interpretan según los aportes de la cultura, y especialmente los mediáticos. 

Gracias por leerme.

Milton W. Hourcade

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