ADVERTENCIA:
Este artículo no justifica la existencia de sectas religiosas creadas en torno
a los UAP. Sólo intenta dar una explicación de por qué surgen.
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Permítaseme comenzar diciendo que lo desconocido por
sí mismo, ejerce una especial atracción, es algo numinoso, misterioso.
Concuerdo con el Dr. Jacques Vallée que a través de
toda la historia humana, han ocurrido acontecimientos extraordinarios vistos en
el cielo para la mayoría de los cuales en su tiempo no había una explicación
racional. La gente estaba maravillada, y encontraba en su fe religiosa un
refugio o una explicación aceptable.
Pero no voy tan lejos como para pensar que esos
fenómenos no pueden aún ser explicados en la actualidad, o que pertenecen a un
universo paralelo que interactuó con el nuestro en el pasado y lo hace hoy; y
que son de la misma naturaleza y pertenecen al mismo ámbito o tienen el mismo
origen.
Esta es sin duda una hipótesis interesante, muy
atractiva y persuasiva. Pero no ha sido demostrada, y eso no ha sucedido y
probablemente nunca ocurra.
Tomando la fecha del 24 de Junio de 1947 como el
comienzo de la era de los “platillos volantes”, el tiempo en que este tema
comenzó a ser científicamente investigado y estudiado, es no obstante
interesante que haya un vínculo subyacente con la religión y la fe.
Gran cantidad de personas tiende a pensar que hay
alienígenas visitando la Tierra, o que han estado aquí por siglos, aún, que son
nuestros antepasados o creadores.
Cuando personas que adhieren estrechamente a la
racionalidad, al pensamiento correcto y deploran la superstición, reaccionan y
rechazan este enfoque religioso, y más aún, luchan contra la existencia de sectas
religiosas que se han creado bajo la premisa de que tenemos “hermanos del
cosmos”, todo mezclado con la fe en Jesús, etc. es bueno echar una nueva mirada
a todo el asunto.
Estarán de acuerdo conmigo en que es muy extraño que
un militar de alto rango mencione dos veces en una conferencia de prensa a “los
tiempos bíblicos” en referencia al tema FAI.
Pero eso fue precisamente lo que hizo el General de
División John A. Samford, entonces nada menos que el Director de Inteligencia
de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos de América.
En su famosa conferencia de prensa dada en la sala
3E-869 del Pentágono, el 19 de Julio de 1952, a las 4:00PM dijo: “Sabemos
que denuncias de este tipo datan de los tiempos bíblicos.” Y
nuevamente: “Hay mucho más actividad humana en el aire ahora de la
que había, ciertamente, en los tiempos bíblicos…”
La pregunta obvia es: ¿por qué esas menciones y
comparación con “los tiempos bíblicos”? ¿Existe un vínculo? Y si es así, ¿qué
tipo de vínculo?, ¿es correcto establecer un vínculo?
Vallée diría que sí, que hay un vínculo, el vínculo de
una consciencia no-humana que manipula el tiempo y el espacio, que ha estado
presente a través de la historia, y que parece enmascararse para adaptarse a
diferentes culturas, con el propósito de controlar a los seres humanos.
En una forma y visión totalmente diferente, Erich Von
Däniken y Zecharia Sitchin apuntan hacia “antiguos astronautas” que iniciaron
religiones en el mundo con el claro propósito de dominación.
Pero ¿por qué las personas hoy día están tan abiertas
a esos enfoques que se vinculan con la fe?
Consideremos simplemente la cultura Occidental
solamente. Dentro del ámbito judeo-cristiano, Éxodo19:20 nos dice que “Cuando
el Señor descendió sobre el Monte Sinaí, sobre la cumbre del monte, el Señor
llamó a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.”
Y Jesús enseño una oración a sus discípulos (Mateo 5:9-10) que
comienza diciendo: “Padre Nuestro que estás en los cielos……hágase tu voluntad
así en la Tierra como en el cielo.”
Estas son las enseñanzas que se imparten a los niños
en la Catequesis y en las Escuelas Dominicales.
Por lo tanto, no es extraño que una considerable parte
de la humanidad piense que tenemos un principal antepasado “en el cielo”, que
somos criaturas de ese antepasado, que
los ángeles son hacedores de la voluntad de su Padre, y que ellos descienden y
ascienden al cielo.
Y esto es extremadamente importante si queremos
considerar objetivamente por qué tantas personas adhieren a la idea de seres
procedentes del Espacio, su conexión con nosotros, un posible propósito o plan,
etc.
Personalmente sostengo que el tema FAI debería y tiene
que ser considerado mediante la ciencia y por científicos. Que hay suficiente
espacio para hacer eso, y que es la única forma válida de llegar a conocer algo
acerca de diferentes fenómenos que son puestos todos juntos bajo la
clasificación de Fenómenos Aéreos Inusuales.
Esto ya ha posibilitado descubrir algunas
extraordinarias características del plasma, por ejemplo.
Por otro lado, las personas declaran adecuadamente que
ellas “creen en los OVNIs” en el sentido de vehículos extraterrestres.
Para ellas no es una cuestión de discusión, investigación, estudio y
conclusión. Simplemente creen, y eso es todo lo que sienten que tienen que
hacer.
El peligro de esta situación es que su creencia la
mayoría de las veces está basada en falsa información, en claras indicaciones
de un trabajo de operación psicológica, y/o en las palabras de un charlatán.
Por lo tanto, su original fe judeo-cristiana les ayuda
muy fácilmente a adaptarla a una sociedad tecnológicamente desarrollada, y los
FAI como una representación de una tecnología poderosa y superior son aceptados
sin ninguna reserva.
Desde mi punto de vista, eso es lo que está ocurriendo
actualmente.
Milton W. Hourcade
Virginia, 1o. de Junio de
2015.
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