Con gusto reproducimos su trabajo y exhortamos a nuestos lectores a hacer comentarios y que nos los envíen para ser publicados aquí.
EL FUTURO DE LA UFOLOGÍA
Por Vicente-Juan Ballester Olmos
En un seminario
organizado por el GEIPAN (CNES francés) en julio de 2014, el Dr.
Jacques Vallée pronunció una interesante conferencia titulada "UAP: una
estrategia para la Investigación" (1). Vallée presentó en detalle los
antecedentes históricos de las bases de datos de informes ovni, como
punto de partida para desarrollar una serie de futuras líneas de
investigación. [UAP: Unidentified Aerospace Phenomena, fenómenos aeroespaciales no identificados]
Me gustaría
hacer algunos comentarios sobre este documento. El primero es de tipo
general: quiero resaltar que después de 68 años de historia moderna de
los ovnis, no sabemos nada acerca de la naturaleza de un supuesto
fenómeno OVNI/ UAP. A día de hoy, todavía seguimos partiendo de cero,
porque todas las preguntas básicas sobre este fenómeno están abiertas y
ninguna de ellas ha sido resuelta, como el mismo Vallée señala al
esbozar una lista de "preguntas sin respuesta" que son cruciales y que
pertenecen a temas clave como la búsqueda de patrones, la física del
fenómeno, la geografía, el impacto sociocultural, el efecto en el
testimonio humano y aspectos de metodología y epistemología.
¿Es ‒como
Vallée propone en la sección "Obstáculos para Análisis"‒ porque "el
fenómeno ha demostrado un nivel de complejidad que desafía el análisis e
incluso la descripción racional"? ¿O es ‒en mi opinión‒ porque no hay
ningún fenómeno realmente nuevo en la casuística? Es evidente que
podemos dar fe de un fracaso en la búsqueda de constantes estadísticas
duraderas o en pruebas extraordinarias admisibles (materiales, grabadas u
observadas) de un nuevo tipo de ente físico o para-físico que se
manifieste en nuestro entorno. ¿Qué pasa si los ovnis son algo más
relacionado con nuestro mundo interior que con el mundo exterior? ¿Qué
pasa si esto no tuviera nada que ver con la complejidad en absoluto? ¿Y
si ello se debiera simplemente al hecho de que en realidad estamos
manejando un Σfenómeno, donde un número infinito de causas, estímulos,
objetos y procesos, tanto naturales como artificiales (hechos por el
hombre) provocan la falsa impresión de que todos los avistamientos
proceden de un mismo y único principio?
No podemos
olvidar que a los ovnis se les adjudicó un origen extraterrestre por
parte de la prensa y de escritores poco rigurosos (teoría ésta que
sustenta actualmente la mayoría de los ufólogos) mucho antes de que se
estudiaran académicamente. Incluso la popular forma y concepto de
“platillo volante”, que dio forma a millones de informes en los años
siguientes, pudo haber sido originalmente confundida y ser producto
erróneo de redactores de titulares (2).
Vallée, cuyos
primeros trabajos inspiraron mi dedicación personal y enfoque al estudio
de los ovnis, ingeniosamente aboga por una "plataforma de datos
discriminados y calibrados." Yo sería el primero en compartir mi propia
base de datos FOTOCAT (3) con tal repositorio. Pero el problema clave
aquí es la discriminación. Más allá de la sencilla criba preliminar de
aviones, estrellas y planetas, globos sonda, bólidos, reentradas,
lanzamientos de misiles y demás, debería acordarse un cribado de segundo
nivel. Y es aquí ya donde la ideología o las creencias comienzan a
afectar el proceso.
Como yo mismo
he recorrido el camino que va desde la expectativa al escepticismo (de
mente abierta), sé de primera mano de lo que estoy hablando. Es una
especie de chip
intelectual que uno debe cambiar: pasar de imaginar que las palabras (y
creencias) de los testigos reflejan con fidelidad la realidad de una
observación determinada, a la convicción de que la barra de error en el
testimonio de los testigos es muy larga. La sorpresa, el miedo, los
sentidos falibles, la imaginación, la propensión a inventar cuentos
chinos, la búsqueda de publicidad o notoriedad, llámese como se quiera,
pueden producir historias intrigantes que de ninguna manera describen lo
que realmente ocurrió. Pero aquí emerge la gran línea divisoria. Un
conductor de la ambulancia no confundiría la Luna con un ovni (4). Un
reputado científico no se inventaría un encuentro cercano (5). Un
experimentado piloto de avión no malinterpretaría objetos voladores
convencionales (6-9). Un militar nunca trucaría una fotografía ovni
(10). Pero eso es lo que oímos diariamente, tanto por parte de ufólogos
fanáticos, creyentes o crédulos como de estudiosos con formación y
orientación científica. Es algo que no pueden admitir, en abierta
contradicción con su adhesión al mantra universalmente establecido de
que "la mayoría de los avistamientos son explicables." ¿Cuál es el
completo y auténtico rango de error en la observación y conducta humana
asociadas a las observaciones de ovnis? Esto representa el núcleo del
problema porque la evidencia muestra que gente normal y corriente cuenta
historias inventadas, engaña y embauca a otras personas, así como que
gente bien entrenada en sus profesiones confunde y malinterpreta objetos
o fenómenos naturales mucho más a menudo de lo que cabría esperar.
Cuando finalmente te das cuenta de que esta no es una pregunta retórica,
entonces tu mente es capaz de contemplar los avistamientos desde otra
longitud de onda y los informes empiezan a caerse uno tras otro como un
castillo de naipes. Y los informes de platillos volantes parecen
simplemente un epifenómeno asociado a un determinado modo mental.
Así que, después de todo, volvemos al clásico axioma informático Garbage In, Garbage Out.
¿Cómo se cuantifica la fiabilidad de un profesional de alto nivel que
informa de una abducción? ¿Cómo se clasifica un evento que termina
siendo la estrella sirio? No es algo que yo precisamente deje de lado,
cuando he trabajado activamente en la definición de estándares en este
sentido (11), habiendo elaborado un sistema adoptado en la actualidad
por la mayor organización ufológica del mundo, la estadounidense MUFON
(12).
Hoy en día,
cuando hemos recopilado datos suficientes y se han publicado sobre ellos
multitud de trabajos de investigación, tenemos los medios y el
conocimiento para reevaluar los patrones encontrados en el pasado. La
"ley horaria" ha demostrado no ser más que una consecuencia de la
combinación de hábitos sociales y condiciones de observación (13) y la
"relación inversa" entre los informes de ovnis y la densidad de
población, tal y como se expuso inicialmente, es un modelo incorrecto
(14).
Pero estoy de
acuerdo con Vallée en que el progreso requiere bucear en las principales
bases de datos, y también en que la búsqueda de patrones debe ser una
de las tareas más importantes del estudio OVNI/UAP del siglo XXI. Pero
los patrones deben compararse sistemáticamente con una base de datos de
casos resueltos para probar su originalidad y solidez, es decir,
comprobar el problema de la indiscernibilidad (15).
En la ciencia
moderna podemos encontrar ensayos que muestran resultados diferentes
cuando se trabaja sobre el mismo conjunto de datos en bruto, pero los
resultados rara vez son opuestos. Por el contrario, esto es exactamente
lo que pasa en la ufología. A pesar de manejar fundamentalmente el mismo
tipo de informes (nadie está en desacuerdo sobre la universalidad de
las denuncias ovni), el estudioso francés J.F. Boëdec concluye que la
información apunta "a un fenómeno nuevo con patrones estables,
independientes del autoengaño grupal" (16), mientras que de mi propio
estudio de más de cuatro décadas se infiere que, probablemente, no es un
fenómeno genuino, sino un sumatorio de explicaciones más o menos
banales, inmersas en un universo caótico de datos donde los
malentendidos y la inadvertencia juegan un papel significativo. La
ausencia de datos verificados y la recogida de datos distorsionados
pueden explicar los casos no resueltos.
Hay otra
diferencia fundamental en las formas de funcionar de la ciencia y la
ufología. En ciencia se muestra un conjunto de hechos y se propone una
hipótesis para racionalizarlos, la cual sigue siendo válida hasta que
nuevos hechos la contradicen y aparece otra que la sustituye. A través
de un enfoque científico, cuando analizamos los informes de ovnis y
proponemos una hipótesis (Venus, una aeronave, la Luna, una reentrada,
fotografías trucadas, etc.), tratamos de demostrar que ésta es la más
adecuada o al menos que es una hipótesis coherente para explicar un
suceso (ayudados por datos astronómicos, información aeroespacial o
análisis técnicos). La mayoría de ufólogos escogen un enfoque diferente
que ‒en lugar de ver los informes de ovnis como "anomalías" neutras,
una posición que puedo aceptar‒, asumen que los informes de ovnis son
ejemplos de astronaves procedentes de las estrellas, de universos
paralelos, viajeros del tiempo, etc., pero esto se presenta sin ningún
tipo de verificación, que no sea una especulación o esperanza personal.
(Naturalmente, esto no tiene nada que ver con el concepto generalmente
aceptado por la comunidad astrofísica de la alta probabilidad de vida
extraterrestre en el universo).
Para mí, y esto
no es una idea preconcebida sino una conclusión empírica, la ufología
debería centrarse en los testigos oculares, no en las declaraciones que
ellos nos hacen. En el estudio de fotografías ovni, por ejemplo, esto
resulta muy evidente. Examinamos un relato y una foto. Después de mucho
trabajo en el análisis del presunto avistamiento, nos damos cuenta de
que la imagen no está relacionada con ninguna observación visual, ya que
resulta ser sólo una imagen accidental, un defecto de la película o
algún tipo de trucaje que expertos en fotografía pueden revelar.
Trabajamos en un campo en el que el testigo es a la vez el instrumento
de medida y la fuente de presentación de informes, siendo mayormente
subjetivo. Somos culpables ‒después de tantos años‒ de no haber
apreciado suficientemente el papel clave desempeñado por el observador,
repleto de factores que le condicionan.
Vallée todavía
conserva energía y optimismo sobre el futuro de la investigación. Yo
mantengo la misma energía pero soy pesimista, aunque ciertamente
dispuesto a desarrollar bases de datos, organizar la información y
comprobar hipótesis. Pero, siendo realistas, ¿cómo podemos acordar un
proceso definitivo de discriminación? Vallée sugiere que un grupo
internacional de estudiosos con experiencia cree nuevas estructuras de
datos. En esta fase, mi cooperación es plena y mis recursos están
totalmente disponibles. En resumen, la estrategia de Vallée (2014)
implica reexaminar al completo el fenómeno OVNI/UAP y abarca una
revisión de arriba debajo de la historia de la casuística ovni. Sería un
trabajo que haríamos nosotros mismos (con nuestros prejuicios e ideas
subyacentes), una labor que a buen seguro superará nuestras vidas. ¿Es
ese un escenario realista? Pero, ¿hay otras estrategias alternativas?
Estrategia Selectiva
Ofrezco una
estrategia alternativa y, creo, más viable. Seleccionemos los ~100
mejores y más documentados (o potencialmente documentables) casos de
todo el mundo de anomalías aéreas o a nivel del suelo, que describan
fenómenos cuyas características parezcan desafiar los conocimientos
actuales, que apunten a una visita extraterrestre o sugieran una
alteración en el continuo espacio-tiempo. Busquemos científicos en la
universidad, la industria, el gobierno o los ejércitos que tengan la
experiencia y voluntariedad para investigarlos en profundidad. O
financiemos un fondo para reembolsar su trabajo (mediante
micro-financiación colectiva ‒crowdfunding‒ u otra forma). No
sería un comité al estilo del de la Universidad de Colorado sino un gran
grupo de profesionales de varios países contratados para que inviertan
sus mejores capacidades en el análisis de los sucesos de mayor
extrañeza. Serían científicos y eruditos sin relación previa con la
investigación ovni e independientes. Aunque con un alcance limitado,
esta alternativa me parece más práctica que la estrategia de Vallée
porque ‒si se cuenta con los fondos precisos‒ el misterio podría quedar
resuelto en un plazo máximo de 10 años, lo suficientemente cercano para
que la mayoría lo podamos ver finalizado.
El papel del
grupo de investigadores experimentados que Vallée describe sería muy
importante en esta estrategia, en dos áreas principales: (a) la
coordinación de todo el programa y (b) la preparación de una síntesis de
toda la bibliografía generada sobre este tema, enfocada a hallazgos
científicos y objetivos.
Algunos de
nosotros ya hemos llegado a conclusiones provisionales o definitivas
después de un estudio de décadas. Nos puede satisfacer personalmente,
pero estoy convencido de que a muchos también les gustaría ver una
solución globalmente aceptada para el enigma OVNI/UAP, ya sea como la
manifestación de un contacto con inteligencia extraterrestre, o como un
mito social carente de ninguna base física. En su magnífico trabajo,
Vallée escribe: "la ufología no tiene ontología." Pero ¿y si en su lugar
ocurre que "la ufología no tiene sustancia"? Se ha informado sobre
fenómenos OVNI/UAP por lo menos desde 1947. La ciencia institucional ha
descartado los ovnis. Muchos gobiernos han desclasificado sus archivos y
los han entregado a los aficionados. Los militares han anunciado que
este tema tampoco es suyo. Como recomienda Vallée, es el momento de
diseñar una nueva estrategia para evitar 70 años más de ignorancia y
frustración. Creo que es necesario un debate mundial con el fin de
impulsar la estrategia óptima.
Valencia (España), febrero de 2015.
Referencias
(2) Herbert Strentz, A Survey of Press Coverage of Unidentified Flying Objects, 1947-1966 (disertación de doctorado en Periodismo), Northwestern University (Evanston, Illinois), junio de 1970.
(3) Gestionado
por Vicente-Juan Ballester Olmos, FOTOCAT es un catálogo informatizado
de observaciones OVNI/OVI a nivel mundial que incluyen la toma de
imágenes en fotografía, cine, video o soporte digital. Una hoja de
cálculo Excel contiene cerca de 12.000 registros (con 27 columnas
de datos por entrada) para sucesos ocurridos (salvo excepciones por
país o tema) hasta el 31 de diciembre de 2005. Este índice de caso se
complementa con un archivo físico de la documentación escrita. Véase http://fotocat.blogspot.com.es/
(4) Juan Carlos Victorio Uranga,” Ambulancia "perseguida" por un extraño fenómeno aéreo”, http://misteriosdelaire.blogspot.com.es/2006/08/ambulancia-perseguida-por-un-extrao.html
(5) Irwin Wieder, “The Willamette Pass Oregon UFO Photo Revisited: An Explanation”, Journal of Scientific Exploration, Vol. 7, Nº. 2, 1993, pp. 173-198.
(6) H.H. Nininger, “Air Pilots and ‘Meteor Hazards’”,
(7) James Oberg, “Case Studies in Pilot Misperceptions of UFOs”,
(8) GEIPAN, “Reentrée Atmosphérique 5 Novembre 1990”,
(9) Manuel Borraz Aymerich, “Venus, tráfico no identificado”,
(10) “North Mountain Summer 1966”, en Scientific Study of Unidentified Flying Objects, Daniel S. Gillmor (editor), E.P. Dutton & Co., Inc. (New York), 1969, pp. 270-273,
(11) Vicente-Juan. Ballester Olmos y Miguel Guasp, “Standards in the Evaluation of UFO Reports,” en The Spectrum of UFO Research, Mimi Hynek (editor), J. Allen Hynek Center for UFO Studies (Chicago, Illinois), 1988, pp. 175-182. Véase también:
(13) Julio Plaza del Olmo, "Modeling the law of times", Journal of Scientific Exploration. Aceptado para publicación (2015).
(14) Julio Plaza del Olmo, "A review on the relation between Population density and UFO sightings", Journal of Scientific Exploration. En revisión (2015).
(15) Denys Breysse, “La durée des Phénomènes ovni: aide à la discernabilité”, OVNI- Presence, 32, 1984-1975, pp. 22-34.
(16) Jean-François Boëdec, “Les Études Localisées de PAN”, CAIPAN Workshop, Poster No 28 (París), julio de 2014.
Agradecimientos
A Julio Plaza del Olmo y a Martin Shough por sus acertados comentarios.
Para referenciar este trabajo formalmente, cítese el siguiente enlace:
© Vicente-Juan Ballester Olmos Link
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