Cada vez que alguien
fallece y hemos conocido a la persona, sentimos que nuestro corazón se arruga.
Sentimos dolor por la
pérdida. Apreciamos aún más que nunca lo que la persona fue capaz de lograr
durante su vida; y particularmente en nuestro campo, las serias e importantes
contribuciones hechas para investigar, estudiar, solucionar casos y encarar la
naturaleza intrínseca del Fenómeno OVNI.
Todas estas
reflexiones llegan a mi mente cuando supe apenas hace horas que James W. Moseley había fallecido.
Probablemente sería
tedioso e incompleto hacer una lista de los Ovnílogos que hemos conocido que
han muerto.
Podemos recordar –sin
hacer comparaciones o evaluar sus respectivas contribuciones--- a: Mayor (Ret.) de la Infanteria de Marina de
EE.UU. Donald E. Keyhoe, Capt. Edward J.
Ruppelt, Morris K. Jessup, Jim y Coral Lorenzen, Meade Layne, Dr. James
McDonald, Prof. Charles A. Maney, Dr.Joseph Allen Hynek, Dr. Willy Smith, Dr.
Harley Rutledge, Leon Davidson, Richard Hall, Philip J. Klass, Dr.John Mack, James
W. Moseley, Hillary Evans, Ivan T. Sanderson, Raymond Veillith, René Fouéré, Jimmy
Guieu, Aimé Michel, Cynthia Hind, Antonio Ribera, Dr. Olavo T. Fontes, Comte. Auriphebo Berrance
Simoes, Dr.José Escobar Faría, Dr. Walter Buhler, Ariel Ciro Rietti, Capt.
Daniel A. Perissé, Guillermo Roncoroni, Hermann Jegerlehner, Walter A. Cifarelli,
Dante J. Moscatelli.
Con todos ellos,
hemos perdido una gran parte de la historia OVNI.
Alguien aún puede
pensar que todo este tema de los OVNIs está envejeciendo y ya no es un asunto
de interés público. La era de los “platillos volantes” pasó, y para siempre…
No hay más audiencias
públicas en el Congreso de Estados Unidos, no hay más efervescencia a través de los medios noticiosos, no hay más
investigación oficial en Estados Unidos y en el Reino Unido, el GEIPAN francés
ha publicado todos sus archivos en la Internet y después no pasó nada, sólo
algunas instituciones militares en América Latina aún piensan que ellas tienen
que encargarse del tema, que por el contrario es un asunto eminentemente para
científicos; y los cientos de instituciones que existieron hace 50 años, ya no
existen más.
Hay aún algunas
iniciativas, investigaciones y estudios que tratan de obtener información de
los Fenómenos Luminosos Anómalos, que parecen ser algo natural pero mezclados
con ellos aparentemente hay alguna otra cosa que podría ser de naturaleza
tecnológica y en ese caso es importante determinar quién está detrás de esa
tecnología y qué tipo de tecnología –si de eso se trata—es.
¿Cuál es entonces el
desafío para quienes –como yo—hemos sido capaces de conocer y tratar a la mayoría
de las personas mencionadas anteriormente?
¿Qué es lo que siento
que honestamente se demanda de quienes hemos hecho realidad la Ovnilogía en
nuestros respectivos países, quienes hemos sido pioneros en este campo, y
quienes hemos acumulado una experiencia y pericia incomparables?
Para mi la ecuación
es clara. Antes de unirme a la lista de quienes ya nos han dejado, tengo que
hacer una transferencia de conocimiento y tecnología para quienes están
seriamente interesados en el tema.
Me siento llamado a
enseñar Ovnilogía a las nuevas generaciones de personas honestas, dando
conferencias y principalmente un curso.
Haciendo eso pienso
que podría decir que mi tarea en Ovnilogía ha sido completada. ¡Pero no antes
de hacer eso!
Comparto mi punto de
vista con todos mis colegas y amigos, no importan dónde se encuentren. Hay una
cantidad de cosas importantes a ser compartidas y ese sería nuestro mejor
legado a la humanidad.
Milton W. Hourcade
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