Ese es el gran dilema de fondo de quienes tratan el tema otrora calificado como Objetos Voladores No Identificados (OVNIs) y ahora como Fenómenos Anómalos No Identificados (FANIs).
Si recurren a mi columna en Facebook, verán que reproduje una buena entrevista que me hizo en Canal 4 el equipo periodístico del programa “8 A.M.” transmitido en Febrero de 2024.
Allí describí someramente varios fenómenos naturales, ópticos y atmosféricos que podían dar lugar a denuncias de FANIs. Y una de las entrevistadoras, creo que su nombre es Beatriz, en un momento me pregunta: ¿y los otros?
Tendría que haberle contestado, “los otros” son más de lo mismo. Y por supuesto, en mi conferencia “Sobre cosas que se pueden ver en el Cielo”, y la que diera en 2024, “Mirar al cielo es un desafío”, pasé revista a tantos otros objetos, fenómenos naturales y productos del ingenio humano, que pueden provocar las originales denuncias de algo que para los testigos es desconocido. De modo que bien podemos decir que tenemos objetos y fenómenos “desconocidos para los testigos”. “Unknown to witnesses”
Y porque los desconocen, no los pueden por sí mismos, y en el momento, identificar.
Pero lo “no identificado” no es una característica propia e inherente de lo avistado, sino que es una resultancia del proceso que hacen los testigos en su mente. Como bien se ha hecho notar manejando el adjetivo en inglés, “unidentified” es un verbo conjugado en tiempo pasado. La traducción más correcta sería: “no fue identificado”.
La nueva designación F.A.N.I. plantea algo positivo, y algo que no lo es tal pero que tiene –a mi entender su razón de ser y su explicación.
Lo positivo es referirse no a “objetos” sino a “fenómenos”. Porque abarca una categoría más amplia. Un rayo globular es un fenómeno atmosférico interesante, que brilla, que tiene un volumen, que permanece quieto o se desplaza, que desaparece cuando descarga, pero no es un objeto material. Es una manifestación de energía. De modo que usar el vocablo “fenómenos” es más abarcativo que el de “objetos” y responde a una realidad.
Una realidad que puede inclusive estar vinculada a fenómenos provocados artificialmente que se vinculan a la electrónica.
Y ahí viene el segundo vocablo usado en la sigla F.A.N.I., y me refiero a lo de “anómalo”, que significa anormal.
Sé que a algunos concienzudos estudiosos de fenómenos denunciados como extraños, este adjetivo no les agrada. Pero si en lugar de “anómalo” se hablara de “extraordinario”, “increíble”, “extraterrestre” “mágico”, “imposible” les agradaría mucho menos.
Por eso fue una iniciativa inteligente, la de calificar a estos fenómenos como “anómalos”, porque desarrollan velocidades que superan las hasta ahora logradas mediante aparatos aéreos, porque efectúan desplazamientos repentinos en ángulos cerrados, porque se están viendo, captando por radar y por video y de pronto desaparecen. ¿Qué era eso?, ¿qué había allí?
La materialización del fenómeno está no sólo en la mente del observador sino también en la captación por otros medios. Pero la aparente materialización desaparece a poco que se dejen de emitir las ondas por las cuales se crea artificialmente algo en la atmósfera, el Espacio o el mar.
Por tanto la palabra fenómeno se ajusta perfectamente a una realidad diferente a la cual no se ha estado acostumbrado anteriormente, porque el tiempo del BlueBook trataba con objetos y diversos fenómenos, pero no con las características que la tecnología actual permite.
Estos fenómenos actuales plantean un desafío mucho mayor para el investigador, porque si no está informado sobre los mismos va a tender a pensar que verdaderamente está ante algo pergeñado por una mente no-humana, cuando eso distorsionaría involuntariamente la realidad.
Por cuanto lo no-identificado se refiere no a una categoría intrínseca a lo avistado, sino a una elucubración del observador y tal vez de quienes estudian su caso, la “U de unidentified en la designación original en inglés, y la “N.I.” de no identificado en español, están demás.
Tal vez el mejor adjetivo que cabe en español (que también ha sido usado en francés) es insólito, Según la Real Academia Española (RAE), insólito significa raro, extraño o desacostumbrado.
El mejor adjetivo en inglés es unusual , mejor que unheard o unbelievable que son otras posibles traducciones, porque no se ajustan al tema en cuestión. De modo que en inglés se mantiene la letra U.
En nuestro caso, nuestra sigla UAPSG se refiere a Unusual, y en español la I de GEFAI se refiere a Inusuales. Lo que tendría que desaparecer es la A con el significado de aerial (en inglés), aéreos (en español) para usar el adjetivo anómalos.
Pero al hacer este análisis semántico, me encuentro con lo que para mí es una redundancia conceptual. Si decimos que algo es anómalo no necesitamos decir que es insólito o inusual. Va de suyo que lo es.
Y esta misma consideración es válida para el idioma inglés. De modo que en ambos casos cabe sólo referirse a fenómenos anómalos.
En inglés, utilizar el adjetivo Unidentified trae a la memoria el mismo adjetivo usado en la sigla U.F.O., de ahí que el público en general tienda a pensar que la nueva sigla se refiere a lo mismo. Pero la realidad es bien diferente.
Por algo la oficina creada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos se llama A.A.R.O., por All-domain Anomaly Resolution Office, o sea Oficina de Resolución de Anomalía en Todos los Dominios, que consideramos más correcto decirlo en español como “en todos los ámbitos”, ya que habitualmente nos referimos al ámbito espacial, aéreo, o marítimo.
Considero que así procede y si eso hiciéramos, nuestras siglas pasarían a significar Anomalous Phenomena Study Group, (A.P.S.G.) y Grupo de Estudio de Fenómenos Anómalos (G.E.F.A.).
Pero para ajustar más estos fenómenos anómalos a la realidad actual, habría que agregar el concepto de “en todos los ámbitos”, o para decirlo más condensadamente, en múlti-ámbitos.
O sea que la sigla en inglés terminaría siendo All-environment Anomalous Phenomena Study Group (A.A.P.S.G.) y en español Grupo de Estudio de Fenómenos Anómalos en Todos los Ámbitos (G.E.F.A.T.A).
No obstante estas consideraciones, como U.A.P.S.G. y G.E.F.A.I. son siglas ampliamente conocidas y acreditadas, continuaremos usándolas como tales pero teniendo conciencia de que no se adecuan a la realidad actual.
Milton W. Hourcade
No comments:
Post a Comment