07 August 2019

DECONSTRUYENDO EL CONCEPTO O.V.N.I.


El siguiente artículo lo elaboré originalmente en inglés con destino a Academia.edu   

https://www.academia.edu un lugar selecto de intercambio de información y consulta al que acuden investigadores y académicos de diversas instituciones.

Aquí, favoreciendo especialmente a los lectores de habla hispana, presento una traducción de ese artículo original.

Considero que lo que he escrito aborda un tema básico pero fundamental al encarar la investigación y estudio de los Fenómenos Aéreos Inusuales. Principalmente porque hay un uso extendido y totalmente equivocado –por desconocimiento de su origen— de lo que significa el concepto “objeto volador no identificado”, o su original sigla UFO en inglés.
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DECONSTRUYENDO EL CONCEPTO O.V.N.I.    
por Milton W. Hourcade

Las limitaciones

Estando en América del Sur, no conocíamos los verdaderos desafíos militares y de seguridad que tenía EE.UU. inmediatamente después de la 2da.Guerra Mundial y en la década de 1950.

Cuando estalló el diálogo acerca de los “platillos volantes” (o “platos voladores”), éramos consumidores de la literatura y boletines publicados en EE.UU, mayormente los de la APRO y el NICAP.

Ninguno de ellos nos presentaba la verdadera situación militar, las serias limitaciones en el área de la detección por radar y de la capacidad aérea para vigilar y controlar el cielo, evitando la intrusión de aviones o misiles enemigos.

Con el ingrediente del poderío atómico, había un gigantesco desafio para los militares y casi pánico en la población.

La fiebre de los “platillos volantes” fue buen negocio para aquellos que inmediatamente vieron que podían explotar el misterio (“testigos de lo desconocido” y “contactados”), y puso a los militares en guardia con respecto a la posible penetración del espacio aéreo por aparatos enemigos.

Por otro lado, los militares y la C.I.A. vieron en los “platillos volantes” una buena historia de cobertura para ocultar los vuelos experimentales y luego operacionales de nuevos aviones como el U-2 y luego el SR-71, y el uso de enormes globos Skyhook y aquellos del Proyecto Mogul para espiar a la Unión Soviética. Esto ha sido oficialmente reconocido.

“OVNIs como Tema de la Defensa Aérea de Estados Unidos”, un artículo clave 

 
El artículo de Joel Carpenter (de aquí en más DefAer) es un material de lectura obligatoria, sin el cual permanecemos ignorantes de la realidad de la situación en EE.UU..

Permítaseme sugerir ir a https://www,uapsg.com de Junio 25 y 30, y Julio 9 de 2019, para leer ese artículo.

Viendo ese documento nos damos cuenta qué estaba pasando mayormente dentro de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y los esfuerzos por asegurar una efectiva vigilancia del cielo.

Deficiencia en el sistema de radar, la limitada capacidad de los aviones, todo eso determinó que los militares convocaran al deber a civiles bajo el Cuerpo de Observadores en Tierra (G.O.C).

“En Febrero de 1950, a pesar de la mediocre actuación de unidades de prueba del GOC, el Comando de la Fuerza Aérea autorizó hacer planes para la reactivación de un permanente GOC a tiempo completo, como un brazo del sistema de defensa aérea” [DefAer]

Hubo algunos otros problemas en términos de identificación de lo que podía estar volando sobre territorio estadounidense: “Como prueba de esto, hay que destacar que la “Guía GOC”, el manual de entrenamiento para los observadores GOC, no tenía ilustraciones del bombardero Tu-4 que era considerado el único avión soviético capaz de alcanzar Estados Unidos. Puede haberse considerado fútil entrenar a los observadores GOC para buscar aviones que eran esencialmente indistinguibles del aún ampliamente usado B-29 de EE.UU. –observadores excesivamente entusiastas probablemente habrían reportado cada avión estadounidense como un intruso soviético. [DefAer – subrayado mío].

El uso de globos Skyhook también complicó la situación. “Los investigadores de la compañía RAND habían publicado un artículo de Máximo Secreto titulado ‘Estudio de Detectabilidad-Vulnerabilidad de Técnicas de Reconocimiento Pre-Hostilidades’. El proyecto del globo era obviamente un desarrollo de la más alta sensibilidad, pero enfrentaba un problema paradojal: los artefactos secretos serían algunos de los objetos más conspicuos en el cielo. Mientras el paquete de la carga útil podía diseñarse para dar un pequeño retorno en el radar, la reluciente envoltura transparente de polietileno era imposible de ocultar.Como los expertos en globos de la RAND sabían muy bien, los Skyhooks fueron unos de los principales generadores de denuncias de platillos volantes. [DefAer – subrayado mío].

Tal era lo que ocurría que “Grupos de recuperación rutinariamente usaban las denuncias civiles de platillos hechas a la policía o a las oficinas de diarios para localizar los Skyhooks perdidos, y los teóricos de reconocimiento de RAND estaban bien al tanto del problema de platillos generados por los globos.” [DefAer – subrayado mío].

Debido a todos estos factores desalentadores, el documento aquí referido dice: “A fines de 1949,tras la detección de la primera prueba nuclear soviética, el Sub-Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, General Muir Fairchild asignó la tarea de definir una adecuada red radárica de defensa aérea al General Samuel Anderson, Director de Planes y Operaciones. Anderson nombró a su vice-director, el Coronel T.J. Dayharsh, para encabezar un grupo de estudio del problema. La propuesta del grupo de estudio se conocería como el “plan Blue Book”. Inicialmente presentado en una reunión de la Junta de Jefes del Estado Mayor el 2 de Marzo de 1950, el plan “Blue Book” de defensa aérea concebía poner en funcionamiento para el 1º. de Julio de 1952, una red nacional de radar permanente.” [DefAer – subrayado mío].

Por lo tanto, hubo un Blue Book que precedió el que todos nosotros llegamos a conocer, con el propósito específico de establecer una red de radares para detectar posibles incursiones enemigas sobre territorio estadounidense.

La cuestión clave es que este plan Blue Book se basó en el uso de radares, pero “Esta cuestión de si un blanco en el radar lucía real es la causa de la mayoría de los argumentos acerca de OVNIs detectados por radar porque depende del juicio del operador de radar cómo lucía el blanco. Y ‘siempre que está implicado el juicio humano en una decisión hay amplio lugar para un argumento’ observó uno de los principales del grupo de estudio de los OVNIs de la Fuerza Aérea. (ver apéndice C de “The Hynek UFO Report” de J. Allen Hynek) [AerDef – el subrayado es mío]

Mientras el tradicional argumento de los “platillistas” ha sido que el radar es un instrumento de calidad y no sufre alucinaciones, olvidan reconocer que el factor humano está presente en la persona del operador de radar. Por otra parte, la propagación anómala causada por inversión de la temperatura así como el mal funcionamiento que necesita la calibración del radar, son otros factores que siempre merecen ser tenidos en cuenta.

Y en ese tiempo –el tiempo de los “platillos volantes”—los radares no operaban junto con computadoras que no existían y posteriormente fueron enormes instrumentos. En 1953 aparecerá el primer transistor y años después la posibilidad de instalar una computadora de reducido tamaño adjuntada a un radar en una sala, pero aún difícil de instalar en un avión.

Lo que es importante es tener una clara imagen acerca de lo que le preocupaba a la USAF y qué perturbador –por las dificultades— era identificar adecuadamente los objetos no identificados. El tema era estrictamente de defensa aérea y militar.

“Con el potencial inicio de una guerra nuclear pendiendo de la pronta detección e identificación de blancos inexplicados en el radar y visualmente, la Fuerza Aérea no podía permitirse la existencia de objetos aéreos no identificados. Seguiria siendo trabajo del ATIC (Centro de Inteligencia Técnica Aérea - N. del T.) evaluar las observaciones inexplicadas por indicaciones de vehículos extranjeros avanzados. El propósito último de la revitalización del Proyecto Grudge sería ostensiblemente desarrollar medios para reducir la creciente incidencia de blancos de radar no identificables, a fin de reducir la confusión en el sistema de defensa aérea.” [AirDef – el subrayado es mío].

Resulta claro como un cristal que la principal preocupación de la USAF era ser capaz de identificar la presencia del enemigo en cielos de Estados Unidos, y por lo tanto, la necesidad de reducir los informes de “objetos voladores no identificados”, para conectar las observaciones inexplicadas a vehículos extranjeros avanzados.

Estos son los verdaderos objetos voladores no identificados. No hay lugar para la fantasía, la cual --dicho sea de paso—  podría ser trágica para Estados Unidos si algo ocurriera.

¿Qué hay en una sigla?

“Irónicamente, aunque no hay una aparente conexión entre los dos proyectos, a la unidad de investigación OVNI revivida por Ruppelt en el ATIC se le dará el mismo nombre que el estudio de 1950: Blue Book.” [DefAer].

Fue el Capitán Edward J. Ruppelt –repentinamente puesto al frente del nuevo Blue Book— quien creará la sigla U.F.O., que en inglés se lee como el muy significativo “you foe” (tú enemigo – N. del T.).

Contrariamente a la opinión del Sr. Campbell pienso que hay una directa conexión entre el viejo y el nuevo Blue Book. Ambos están en manos de la Fuerza Aérea, ambos tienen que ver con cosas que no pertenecen a Estados Unidos pero que aparecen en su espacio aéreo, ambos tratan con personas que dicen que vieron cosas y ambos tienen el esencial deber de identificar lo que inicialmente se denuncia como extraño. ¿Por qué? ¡Porque siempre existe la posibilidad de un ataque enemigo!

También entonces y ahora, siempre hay la necesidad de explorar nuevos y revolucionarios sistemas de propulsión y volar aparatos que permanecerán secretos hasta que puedan ser convenientemente revelados al público. Repitiendo el viejo esquema, ahora la Marina de Guerra de Estados Unidos les llama “objetos voladores inexplicados”.

Llegados a esta etapa es necesario reflexionar sobre el concepto detrás de la sigla OVNI o las palabras objetos voladores “no identificados” o “no explicados”.

Lo primero que se puede decir es que cuando hablamos de OVNIs, no estamos definiendo nada. Si es algo que no puede ser identificado o explicado, no sabemos nada acerca del mismo. Por lo tanto, es una anti definición por sí misma y refleja como consecuencia la ignorancia del testigo.

Lo segundo, es inmediatamente plantear la pregunta: ¿para quién es no identificado? ¿Cuál es el conocimiento que tiene una persona, cuál es su educación? ¿Cuándo –dentro de un período de tiempo— es no identificado?

Para los militares estadounidenses, los no identificados simplemente no son aparatos suyos. Esto fue cierto luego de la 2da.Guerra Mundial y es cierto ahora. Y esto tiene que ser bien entendido.

Lo no identificado no tiene ninguna otra connotación.

Toda la fantasía que se desarrolla en torno a la idea de aparatos extraterrestres no tiene base científica y es un total sinsentido. Posiblemente convenientemente usada por ciertos grupos y círculos de individuos que --aparte de la explotación comercial como entretenimiento— busca indoctrinar al público en torno a esa idea imaginaria, pero es sólo un meme.

La Dra. Kelsey Johnson, una profesora de Astronomía de la Universidad de Virginia recientemente escribió (Scientific American, Julio 24 de 2019) “Uno de nuestros lemas en ciencia es que ‘declaraciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria’. Esto no significa que cosas que suenan a locura nunca sean ciertas; significa que debemos practicar la debida diligencia cuando pensamos acerca de anular bien comprendidas y bien probadas ideas. Este lema también sugiere que pongamos un ojo al rasero de Occam –la idea de que la explicación más simple es la que más posiblemente sea cierta.”

La tercera cosa es que algo permanecerá no identificado o inexplicado hasta que sea identificado o explicado.

Algo no identificado o inexplicado no significa que sea no identificable o inexplicable.

El buen trabajo de investigación y análisis de una denuncia de OVNI permite alcanzar conclusiones válidas, y la experiencia a nivel internacional apunta a que luego de ese trabajo, sólo un ínfimo 0,5 a 1% permanece no identificado. Y esto no significa que una identificación no se pueda alcanzar en el futuro.

Estoy persuadido que aunque se pueda decir que hay aparatos aéreos que no son estadounidenses, rusos o chinos, eso no significa que no sean el producto de una muy avanzada tecnología humana perteneciente a una organización secreta. Y esta posibilidad no ha sido descartada por nadie hasta ahora.

La Dr. Kelsey Johnson señala, y coincido, que: “Cuando se trata de OVNIs, debemos preguntarnos si ¿es más posible que exista vida E.T., tenga un interés en nosotros, viaje quién sabe desde qué distancia a través del universo, zumbe en nuestros cielos y entonces desaparezca— o, aún más inverosímil, se estrelle en Roswell, Nuevo México? ¿O es quizás más posible que aviones militares experimentales o fenómenos naturales pobremente comprendidos sean responsables de cosas que vemos en el cielo pero que no podemos identificar?”

Entre tanto, una cosa sigue siendo clara: UFO no significa “nave extraterrestre”, y cuando alguien dice que ha visto un OVNI, simplemente nos está diciendo “he visto algo que no sé lo qué es”. Punto.

Iowa City, Agosto 2 de 2019.





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