01 January 2017

¿ALIENÍGENAS? No hay investigación oficial en EE.UU., ni protocolo para un contacto



¿ALIENÍGENAS? No hay investigación oficial en EE.UU., ni protocolo para un contacto


Por Milton W. Hourcade



Hourcade, co-fundador del C.I.O.V.I. la institución civil pionera de la investigación del tema OVNI en Uruguay en 1958, investigó y estudió cerca de doscientos casos, hasta el cierre de actividades del Centro en 2008, cuando propuso la creación del UAPSG-GEFAI, un muy selecto  grupo internacional de científicos y expertos en los Fenómenos Aéreos Inusuales (FAI) que ha estado trabajando desde entonces.
Un dedicado estudioso de los FAI, un voraz lector, regularmente comparte novedades en los campos de la Física, Aeronáutica, Astronáutica y meteorología, así como sus ideas e intuiciones.
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Este artículo es el resultado de la lectura del libro “OVNIs – mitos, conspiraciones y realidades” (UFOs – myths, conspiracies, and realities” por el Coronel (R) Dr. John B. Alexander; Thomas Dunne Books, New York, 2012, 323 páginas; y recientes declaraciones hechas por el Astrónomo Principal para SETI, Seth Shostak  como se informa por Tom Metcalfe, escritor contribuyente de Live Science, en Noviembre de 2016. También de lo que en referencia al tema contiene la “Guía para Oficiales Bomberos sobre Control de Desastres

Es importante señalar que todas las entrevistas hechas por el Cnel. Alexander, tuvieron lugar en la década de 1990, cuando el tema OVNI aún podía atraer la atención de algunas personas trabajando en posiciones importantes dentro de las agencias federales de Estados Unidos. Si la misma indagación se hiciera hoy, probablemente menos agencias federales se considerarían como posiblemente implicadas con el tema OVNI.

Los resultados obtenidos por el Cnel. Alexander son de su propia responsabilidad y no pude encontrar ninguna corroboración en otra fuente.


¿Quién es el Cnel. John B. ALEXANDER?

El Cnel. John B. Alexander publicó en 1980 un artículo en “Análisis Militar” publicación del Ejército de EE.UU., bajo el título “El Nuevo Campo de Batalla Mental”. Luego de pasar a retiro del Ejército en 1988, el Cnel. Alexander se unió a los Laboratorios Nacionales de Los Álamos y comenzó a trabajar con Janet Morris, Directora de Investigación del Consejo Estadounidense de Estrategia Mundial, presidido por el Dr. Ray Cline, ex-Vice Director de la CIA.

De este tiempo viene la propuesta del Cnel. Alexander de lo que él llama “armas no letales”.

En la década de los años noventa, el Cnel. Alexander y el General de División (R) Albert N. Stubblebine (ex Director del Comando de Inteligencia y Seguridad del Ejercito de EE.UU.) estaban en la directiva de una compañía de “visión remota” llamada PSI-TECH.

[ Si algún lector está interesado en conocer más acerca de “visión remota” recomiendo el libro “Reading the Enemy’s Mind – Inside Star Gate America’s Psychic Espionage Program” escrito por Paul H. Smith, publicado por Tom Doherty Association, Nueva York, 2005, 592 páginas; y “Remote Viewing Secrets – A Handbook” por Joseph McMoneagle, Hampton Roads Publishing Company, Inc, Charlottsville, Virginia, 2000, 296 páginas.]

El Cnel. Alexander ha mostrado a lo largo de su vida un especial interés en materias exóticas como la Percepción Extra Sensorial (PES), OVNIs, psicotrónica (la cual puede relacionarse con el fenómeno “abducciones”), aparatos anti-gravitatorios, experiencias próximas a la muerte y armas no letales.

Un amigo del Dr. Jacques F. Vallée, el Cnel. Alexander informa que creó el Proyecto de Física Teórica Avanzada (ATP por su sigla en inglés) el cual –según mi conocimiento, no tiene nada que ver con la Física, a pesar de su nombre.

Ya no hay más investigación oficial OVNI en EE.UU

El propósito del ATP fue encontrar si había dentro de las múltiples organizaciones oficiales del gobierno estadounidense, alguna de ellas relacionada con el tema OVNI, que estuviera dispuesta a pasar su información al público (pág.16).

El ATP ocupó la amplia oficina del Cnel. Alexander en Tysons Corner, Virginia, muy cerca de donde yo viví varios años, pero nunca supe dónde estaba la oficina.

La calidad de miembro del ATP era altamente restringida. El Cnel. Alexander estableció las siguientes reglas:

--Por invitación solamente (no se aceptaba que viniera nadie que no conociéramos)
--Tenían que demostrarse los antecedentes y el interés del participante
--Se podían referir personas pero me reservaba el derecho a aceptarlas
--Los accesos mínimos a seguridad eran TS-SCI a SI-TK sin excepciones
--No habría documentos escritos durante las reuniones
--Los participantes deberían cubrir sus propios costos

Para los lectores no familiarizados con esas abreviaturas, TS-SCI se refiere a un nivel de acceso a Alto Secreto-Información Sensible Compartimentada, y SI-TK significa Inteligencia Especial-Cerradura de Talento. Por lo tanto quienes pertenecían al ATP eran personas extremadamente seleccionadas.

Una vez más, en la página 16 de su libro, el Cnel. Alexander dice acerca del propósito del ATP: “El resultado inicial deseado sería determinar quién sabe qué acerca de los OVNIs”

También es interesante conocer las condiciones en las cuales se reunía el grupo. Ellos usaban una Instalación de Información Sensible Compartimentada (SCIF por su sigla en inglés) que se describe como: “cuartos que se construyen de acuerdo a especificaciones detalladas para evitar que nadie haga una escucha mediante técnicas de vigilancia electrónica. No hay portales externos y la instalación total está rodeada de cables para impedir una intromisión.” (pág. 16).

Luego de un tiempo, el Cnel. Alexander –que estaba bien relacionado con los altos mandos militares— informa que comenzó una ronda de visitas y conversaciones con los principales de las más importantes organizaciones oficiales mayormente vinculadas a inteligencia a diferentes niveles.

Y comenta: “La suposición clave a través de todas las agencias era que alguna otra estaba encargada con la responsabilidad por los OVNIs.”

Y aquí viene la conclusión a la que él arribó:

“La última respuesta es que parece que nadie tiene efectivamente esa responsabilidad. En tanto esta noción contradice todas las proclamaciones de los teóricos de la conspiración, esta es la conclusión final” (pág.17)

Él entrevistó a Ben Rich, un ingeniero aeroespacial y presidente de los SkunkWorks de la Lockheed-Martin, en el Área 51. También al Dr. Edward Teller, el padre de la bomba de hidrógeno; a Burt Rutan, ingeniero aeroespacial creador de muchos aparatos volantes, los últimos de los cuales son el SpaceShip I, y SpaceShipII que llevará turistas hasta cerca del Espacio.

Pero el Cnel. Alexander también tuvo reuniones con autoridades de la NORAD, de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) del Directorio de Ciencia del Ejército (ASB) y aún del astrónomo ruso Dr. Félix Zigel.

Al final de cada capítulo de su libro el Cnel. Alexander incluye un Resumen.

Luego de su gira por varias agencias, esto es lo que tiene que decir:

“Este capítulo es importante al describir cómo a lo largo de varios años mi aprovechamiento me llevó a altos niveles de los militares, e incluyó informes de los directores de la CIA, DIA, NSA, además de muchos otros funcionarios en varias agencias, industrias y juntas científicas del gobierno. El resultado de tales reuniones casi siempre incluyó el ser presentado a otras personas influyentes……………….
Lo que aprendí en mis encuentros cara acara va en contra de los relatos fantásticos que abundan en la literatura de la teoría conspirativa. No obstante, a diferencia de quienes proponen la teoría conspirativa, soy la única persona que ha debatido este tema sensible con cada uno de quienes están en la lista, y muchos, muchos otros como ellos. Vale la pena notar que aún en los niveles más altos, algunos funcionarios compartían la mitología convencional de la población en general respecto de los OVNIs. A pesar de los niveles de alta posición, todos parecían pensar que alguien más es responsable por el tema.” (página 39).

De modo que queda claro que ninguna de estas agencias gubernamentales está encarando el tema OVNI.  Luego que cerrara el BlueBook en 1969 después del “Scientific Study of Unidentified Flying Objects” (Estudio Científico de los OVNIs) –también conocido como el Informe Condon por el Dr. Edward U. Condon que fue el Director del estudio—nadie se ha hecho responsable de investigar o estudiar el tema.

Como se habrán dado cuenta, la NASA no está mencionada en la lista del Cnel. Alexander, y la razón simple es esta:

“La historia detrás de lo qué pasó en relación a los OVNIs mientras el Presidente Carter estuvo en la Casa Blanca es más interesante que su observación. Según los registros oficiales, su oficina ejecutiva solicitó a la NASA que se involucrara.  Inusitadamente para una agencia de la Rama Ejecutiva, no aceptaron la solicitud. Eso es casi inaudito, pero apunta a problemas críticos cuando se cuestionan la fronteras científicas pre- establecidas. Obviamente la NASA señaló al Informe Condon como justificación.” (página 102).

No hay protocolo en caso que los alienígenas hagan contacto con nosotros

Si la falta de un programa específico acerca de los OVNIs desarrollado por una agencia es algo sorprendente y desalentador para algunas personas, es peor saber que Estados Unidos no tiene ningún protocolo indicando qué hacer si algún día alienígenas hacen contacto con nosotros.

Como casi todos saben, Seth Shostak es un astrónomo estadounidense y actualmente el Principal Astrónomo del Instituto SETI.  Esta es una organización privada que trata sobre la Búsqueda de Inteligencia Extra Terrestre, mediante el uso de radio-telescopios y algunos otros instrumentos y tecnologías.

Recientemente, Shostak hizo importantes declaraciones relacionadas con la carencia de un verdadero protocolo para eventualmente tener que tratar con otra inteligencia que pudiera contactarnos.

Inicialmente delineado en la década de los años 1980, este grupo de protocolos actuaron como guías para los astrónomos soviéticos y estadounidenses buscando señales de transmisión de extraterrestres recibidas por los radiotelescopios.

Shostak ha dejado en claro que esos protocolos son más bien una formalidad y no un procedimientos internacional a seguir cuando y si E.T. llama. Él dijo:

“Ellos indican, ´Si se detecta una señal, verifíquela…compártala con todos…y no emita ninguna respuesta sin una consulta internacional,´ sea lo que sea que eso signifique.”
Y añadió: “Pero eso es todo lo que dicen los protocolos, y no tienen fuerza de ley. Las Naciones Unidas tuvo una copia de los iniciales protocolos y los puso en un cajón de archivos, en algún lugar, y eso es todo lo oficial que alguna vez tuvieron.”

En otras palabras, la ciencia tiene las manos vacías en relación al tema OVNI, y manos vacías si hubiera un contacto hecho por otra civilización: ¿qué hacer?, ¿cuál podría ser nuestra respuesta?, ¿o no debería haber ningún tipo de respuesta?

Y la principal interrogante que está detrás de este ciego enfoque de temas que realmente importan es: ¿cuándo alguien, en algún lugar, va a tomar la iniciativa de cambiar esta situación?

Esta política de manos vacías y de responsabilidad vacía es muy similar a las situaciones de criminalidad donde las respuestas y medidas a tomar, se llevan a cabo luego que algo terrible ha sucedido y no antes, revelando la falta de cuidado y precaución.

En la misma entrevista Shostak dijo que él “no tiene conocimiento de plan a nivel de gobierno o de procedimientos establecidos en caso de un contacto extraterrestre, cualquiera sea la forma que asumiera.”

Los bomberos tienen una guía

Hasta ahora sabemos que no hay agencia u organización del gobierno de Estados Unidos que encare el tema de los Fenómenos Aéreos Inusuales –como muchos investigadores y estudiosos preferimos llamarles—  para específicamente evitar la ecuación mítica OVNI=Nave extraterrestre.

No hay ningún protocolo elaborado, de ningún tipo, que considere el posible contacto hecho con nosotros por otra inteligencia.
 
Pero desde 1992 ha habido una “Guía para Oficiales de Bomberos para Control de Desastres” (Fire officer’s Guide to Disaster Control” – publicación de Fire Engineering Books, 1992, 641 páginas). Los autores de esta Guía son el Dr. William Kramer, experto en Manejo Administrativo y el Doctor en Justicia Charles W. Bahme.

Los autores consideraron que como primeros en responder a una situación, los bomberos tienen que estar conscientes de los peligros que pueden seguir al aterrizaje o la caída de una nave procedente del Espacio, perteneciente a una civilización desconocida.

En otras palabras, los bomberos podrían enfrentarse eventualmente a un área de desastre donde tienen que tomarse rápidas medidas.

Dada esa situación la primera cosa que los autores tienen en cuenta es la Ley de Exposición Extraterrestre (14 C.F.R. 1211 del Código Federal de Reglamentos). Ese ha sido el nombre popular para los reglamentos aprobados por la Administración Nacional  Aeronáutica y el Espacial (NASA) en 1969 para formalizar su “política, responsabilidad y autoridad para proteger a la Tierra contra cualquier contaminación dañina…resultante de personal, navío espacial y otra propiedad retornando a la Tierra luego de haber descendido o procedente del ámbito atmosférico que envuelve un cuerpo celeste”. Puesta en vigencia antes de la misión de Apolo 11, proveyó la autoridad legal para establecer un período de cuarentana para los astronautas que retornaron. El reglamento define “expuesto a lo extraterrestre” como:
“el estado o condición de cualquier persona, propiedad, animal u otra forma de vida o material cualquiera sea, que (1) Tocó directamente o llegó a estar dentro del envoltorio atmosférico de cualquier cuerpo celeste; o (2) Tocó directamente o estuvo en proximidad cercana (o fue expuesto indirectamente) a cualquier persona, propiedad, animal u otra forma de vida o material que haya sido expuesta extra-terrestialmente en virtud del sub-parágrafo (1) de esta cláusula.”

Teniendo esta ley en mente, los autores pagan el precio de pensar que los OVNIs tienen un origen extraterrestre, y a partir de allí desarrollan sus ideas y dicen:

OVNIs – Acción de Emergencia

“En vista del hecho de que muchos OVNÍlogos creen que nos aproximamos rápido a un tiempo cuando aterrizajes manifiestos de OVNIs llegarán a ser menos destacables, y en ausencia de saber si sus visitas son amistosas u hostiles, no sería negligente pensar elaborar cierto pensamiento respecto a la parte de lo que los departamentos de bomberos pudieran desempeñar ante la eventual llegada de OVNIs a su comunidad. Por ejemplo, ¿cuál sería su curso de acción como comandante de un incidente en el lugar de los hechos en el terreno de una escuela donde un OVNI ha caído en la sala de calefacción, rompiendo una línea de combustible y el aceite desparramado se ha prendido fuego, dañando a los ocupantes de la nave que han quedado atrapados entre los restos?. Si vuestros intentos de rescate tienen éxito, y dos de las cinco pequeñas criaturas alienígenas están heridas pero aún con vida, ¿cómo dispone de los muertos y trata a los sobrevivientes?¿Cómo va a afectar sus acciones la presencia de niños en la escuela? ¿Qué personas y agencias van a ser notificadas?

Los autores nunca leyeron ningún consejo sobre esos asuntos. La siguiente advertencia fue impresa en la cubierta delantera interior del libro de Frank Edwards sobre platillos volantes [Flying Saucers: serious business – New York, Lyle Stuart, 1996, 318 páginas – Nota del Traductor].
ADVERTENCIA
“Acercarse a OVNIs puede ser
dañino para los seres humanos.
No permanezca bajo un OVNI
que esté sobrevolando a baja
altura. No toque o intente tocar
un OVNI que ha aterrizado. En
cualquier caso lo seguro a hacer
es salir del lugar muy rápidamente
y dejar que los militares se hagan
cargo. Existe la posibilidad de
peligro de radiación y se conocen
casos en que personas han sido
quemadas por rayos emanando
desde los OVNIs. “¡No se arriesguen
con los OVNIs”

En vista de la ley federal (citada previamente) que da poder al administrador de la NASA para retener, sin una audiencia, a cualquiera que toque un OVNI o a sus ocupantes, no sería aconsejable hacer un contacto personal a menos que se quiera someterse a los requerimientos de cuarentena de la NASA, si se invoca la ley.

Además de los posibles efectos físicos de aproximarse a un OVNI, p. ej. quemaduras, radiación, etc., pueden haber efectos psicológicos producidos por los campos de fuerza que pueden inducir un estado hipnótico en el observador, la pérdida de conocimiento, recaída de la memoria, y sumisión a los ocupantes. Jacques Vallée, autor de “The Invisible College” [“El Colegio Invisible”, Editorial Diana, México, 1981, 216 páginas – Nota del Traductor] advierte que debemos considerar los efectos psíquicos, tales como distorsiones espacio-temporales experimentadas por los perceptores de artefactos que parecen desvanecerse –desmaterializarse— y entonces reaparecen; de extrañas voces o pensamientos que pueden afectar cambios involuntarios respecto a la forma en que los testigos pueden reaccionar en esas circunstancias.( página 72).

Como podemos ver, una vez más, los autores están confrontados a la falta de “cualquier consejo en la materia” como ellos dicen. Por lo tanto trataron de proveer ciertas orientaciones generales a los oficiales bomberos para evitar daños innecesarios y minimizar las consecuencias de semejante aterrizaje.

Pero por lo menos ellos mencionan una ley que continúa siendo válida, y que establece ciertos cuidados a ser aplicados. 

Un manual muy preciso debería también ser escrito para tratar específicamente esas posibles situaciones, y personalmente pienso que debe ser elaborado por científicos conjuntamente con militares.


1 comment:

Milton said...

De Mario Torres - Argentina

Si algunos de los avistamientos de OVNIS correspondieren a vehículos extraterrestres, dichos vehículos serian evidencia de una civilización tecnológicamente mas avanzada que la nuestra.
Estaríamos, entonces, a merced de sus intenciones, dada la superioridad de su tecnología.
Si quisiesen contactarnos, ellos marcarían el compás (argumento de la película CONTACT).
Teniendo en cuenta lo avanzado de nuestra tecnología de espionaje, es obvio que una civilización tan avanzada, podría estudiar a la nuestra muy detalladamente sin que lo notemos en lo mas mínimo.
Por otro lado, está el principio de territorialidad, (este planeta es nuestro territorio).
Cualquier ente que no pertenezca al territorio, intuye que una intromisión en el mismo que no vaya precedida de una presentación, puede tener consecuencias negativas.
A menos, claro, que el intruso se sienta inmune a cualquier reacción agresiva y en realidad, le importe muy poco inquietar a los locales.
Como cuando vamos a visitar a los feroces leones en el zoológico.
Todo esto recuerda al argumento de HOMBRES DE NEGRO, nuestro planeta podría ser una escala en alguna ruta interestelar.
También, el contacto podría comenzar con un mensaje.
Responder al mismo, recibiría las mismas críticas que se ganó el proyecto METI (“Messaging to Extra-Terrestrial Intelligence”).
Quien responda, lo haría en nombre de toda la humanidad, y sería un irresponsable ejercicio de diplomacia hacerlo a modo personal.
Lamentablemente, el proyecto METI ya está en marcha y han enviado mensajes de "presentación" al sistema GLIESE 581 a "tan solo" 19 años luz de nosotros.
Por otro lado, están los descensos accidentales de vehículos extraterrestres, los cuales podrían catalogarse en un extenso rango, según el daño sufrido.
Una sonda no tripulada, podría ser abandonada a su suerte en nuestro planeta, como hemos hecho con nuestras sondas interplanetarias.
Eso sí, las agencias espaciales, cuidan el probable ecosistema de destino, esterilizando las sondas antes de su envió.
Lo contrario, seria destruir lo que pretendemos estudiar.
Con el mismo criterio, es de suponer, que si ET envía sondas a nuestro sistema, las mismas no serian peligrosas para la vida.
No obstante, entre nosotros, hay quienes sueñan con enviar sondas a explorar el espacio interestelar a velocidades relativistas, sin tener en cuenta la enorme energía necesaria para ello.
Una modesta sonda, viajando a 0,20 C, llegaría a Alfa Centauro en "apenas" 21 ~ 22 años y tendría energía suficiente para destruir una ciudad.
Un experimento científico poco amigable y no creo que ET lo tomase siquiera como un experimento.
Otro caso, sería el descenso (accidental o no) de una nave tripulada.
Con el mismo criterio que utilizamos para la exploración interplanetaria, es de esperar que mientras los tripulantes mantengan el control no habría peligro para nuestro planeta.
Eso sí, en caso de una catástrofe, podríamos quedar expuestos a riesgos conocidos.
Asi como desconocidos tambien, para los cuales no tendriamos idea de como proceder,
No obstante, es probable que esa tripulación contase con "auxilio mecánico" si formase parte de un proyecto de exploración de nuestro sistema.
Si algunos de los avistamientos de OVNIS correspondieren a vehículos extraterrestres, su distante curiosidad me hace pensar en visitas turísticas…